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Sudor excesivo: un incómodo mal que puede afectar de por vida

Esta enfermedad puede provocar molestias sociales, psicológicas y ocupacionales severas en quienes la padecen. El único tratamiento definitivo para este mal es la Simpatectomía, operación que se realiza desde hace más de 10 años en Clínica Santa María con excelentes resultados.

 

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Imagen: Getty

 

Durante el verano las personas tienden a sudar con más frecuencia debido a las altas temperaturas y a la poca ventilación en espacios cerrados. Es común ver como la gente trata de lidiar de distintas formas con la transpiración que las acompaña, en mayor medida, durante este período.

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Pero el calor y la escasa ventilación no son los únicos que causan este efecto, pues hay personas que sufren de una patología que incrementa la sudoración sin estímulo determinado y que genera pesar en quienes lo padecen: la Hiperhidrosis.

«Se trata de una enfermedad que se caracteriza por la producción exagerada de sudor que se debe a un sobre estímulo del Sistema Simpático. Generalmente se produce en las palmas de las manos y pies, axilas y en algunos casos en la cara», afirma el Dr. Claudio Suárez, Cirujano de Tórax de Clínica Santa María.

 

Los principales síntomas asociados a la enfermedad son la transpiración en las manos, axilas y cara de forma exagerada, aunque no haga calor. Estos indicios generan una serie de problemas cotidianos, como por ejemplo tener vergüenza al saludar a alguien con la mano, cambiarse ropa varias veces al día, dificultad al registrar las huellas digitales o incluso sufrir un accidente al enchufar algún equipo electrónico.

 

Tratamientos para la sudoración extrema

Los desodorantes especiales y cremas de aluminio están disponibles en el mercado, pero tienen un 20% de éxito, ya que permiten controlar la Hiperhidrosis sólo transitoriamente. La corriente galvánica o iontoforesis, es dolorosa y tiene un bajo porcentaje de éxito. Por otro lado, la Toxina Botulínica, más conocida como botox, si bien tiene buenos resultados en las axilas (no así en las manos), debe ser re aplicado cada 2-6 meses, lo que además de ser doloroso tiene un alto costo económico.

 

Aunque existen estas soluciones farmacológicas y transitorias para tratar la enfermedad, el Dr. Claudio Suárez asegura que «la única solución total y definitiva es la Simpatectomía. Tiene un 99,9% de satisfacción en las manos, 98% en las axilas y un 95% en la cara. Estos resultados son iguales si la operación la realiza cualquiera de los cirujanos de tórax de Clínica Santa María».

 

¿Qué es la Simpatectomía?

Este procedimiento se realiza con anestesia general y con dos pequeñas incisiones de menos de un centímetro en la axila, por donde se introduce una mini cámara de video de fibra óptica que permite visualizar el interior del tórax (tras desinflar el pulmón por algunos minutos).

 

Luego, con un bisturí ultrasónico, se procede a seccionar y cauterizar los ganglios simpáticos T2, T3 o T4, responsables de estimular la producción de sudor en la cara, palmas de manos y axilas. Esto se repite de igual manera al lado izquierdo.

 

La cirugía dura cerca de 30 minutos y generalmente el paciente puede regresar a su casa al día siguiente. Casi no deja cicatrices, es mínimamente invasiva, rápida, segura y la mejoría es inmediata. El especialista recalca que «los riesgos son los inherentes a cualquier cirugía y en general son poco probables».

 

«Para realizar una Simpatectomía, es preferible que las personas sean mayores de 12 años, de más de 1,50 metros de estatura y de peso normal – idealmente delgados – ya que su contextura física permite un acceso más expedito a la cadena simpática, y en los pacientes delgados se produce menos sudoración compensatoria.»

 

Sudoración compensatoria

Es el efecto colateral más importante tras realizarse una Simpatectomía. Corresponde a la transpiración normal que necesita el cuerpo para termoregularse cuando hace calor, se realizan ejercicios o se tiene fiebre. Pero como el canal para transpirar está cortado hacia la cara, manos y/o axilas, el sudor busca vías alternativas para salir, que generalmente son la espalda, el estómago o las piernas (detrás de las rodillas o entre los muslos).

 

Este efecto se presenta de manera leve en un 70% de los pacientes y es severa sólo en el 1% de los casos. Pese a ser una molestia, las personas no lo consideran invalidante para su vida social y/o laboral.

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