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Dieta de la saliva y de la sangre: la genética de la delgadez

Más que un mecanismo para bajar de peso, la Dieta del Genotipo ha demostrado que la alimentación en los seres humanos no tiene por qué ser homogénea; el organismo de cada persona, influenciado por su genética, sangre, historia y forma de vida, reacciona de manera distinta frente a, por ejemplo, un plato de lechuga. El peso y la salud se basan en esta diferencia. ¡Conócela

 

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Por Claudia Tapia D.

Bajar los kilos que hemos estado acumulando –casi con una errónea actitud «cariñosa»– a lo largo de los años es una de las torturas más recurrentes en las mujeres. La dieta del astronauta, de la sopa, del charqui, entre otras, nos prometen la anhelada delgadez. Pero luego de unos meses de buenos resultados, la venganza de la grasa llega, y los kilos se multiplican por dos o tres.

Es ante este panorama que la Dieta del Genotipo se nos alza como una alternativa más equilibrada, no sólo centrada en perder apresuradamente los kilos sobre la balanza. Creada por el naturópata estadounidense Peter J.D Adamo, nació como una manera de solucionar a través de la comida los problemas de salud de sus pacientes. Durante el ejercicio cotidiano de su profesión, el norteamericano evidenció que a ciertos pacientes les sentaba estupendamente la dieta vegetariana y su salud se veía beneficiada, mientras que a otros se las empeoraba drásticamente. La conclusión fue que no a todas las personas les sienta bien el mismo tipo de alimentación, por muy sana que ésta sea. La investigación posterior dio cuenta que los diferentes tipos sanguíneos asimilaban de diferentes maneras los alimentos.

 

Radiografía alimenticia
«Tenemos una genética que dice cómo se va a enfrentar nuestro cuerpo al ambiente. Hay personas que frente al estrés engordan, mientras otras bajan de peso. Lo que nosotros hacemos es identificar ese patrón de conducta que nos dice cómo es tu genética de base. Esta genética de base viene heredada de tus padres, pero se le añade la información que recibiste durante los 9 meses que estuviste en el útero», explica Andrea Chicurel, bioquímica y directora del Centro Nutrición Inteligente (www.nutricioninteligente.cl). En ese sentido, si una madre sufre un embarazo complicado, que genera estrés al feto, en la edad adulta su hijo engordará con mayor facilidad que el resto.

Adamo estableció 6 tipos diferentes de individuos según el grupo sanguíneo, que son el Cazador, Recolector, Profesor, Explorador, Guerrero y Nómade. No obstante, con el fin de establecer en qué grupo de alimentación se encuentra cada persona, no sólo se realiza un examen de sangre; también se evalúa la distribución de la grasa en el cuerpo, el largo de los dedos, la forma de la mandíbula y los dientes, el largo de las piernas versus el tronco, y las huellas dactilares. También se realiza un examen que determina si se tiene un gen específico denominado Deister, que se realiza mediante la incorporación de un químico en la boca. Si la persona siente un sabor amargo lo tiene presente y es más propensa a asimilar mal ciertos alimentos. Por último se efectúa un test de saliva.

En ese sentido, es muy necesario ver si el grupo de sangre de la persona se encuentra en la saliva. «Hay casos en que por genética no producen su grupo de sangre en la saliva, y se ha visto que eso genera una desprotección frente al ambiente. Aunque no es más del 15% de la población, estos individuos tendrán problemas inmunológicos y de salud mucho más complejos que los pacientes que tiene su grupo de sangre en sus fluidos corporales», recalca Chicurel. «La semana pasada tuvimos dos casos; una persona que tiene quistes en el riñón y que no era no secretor. Y otra con una escleroderma donde la piel, como otros órganos, se empiezan a poner duros, y que tampoco era secretor. Esa es la importancia de descubrir a tiempo esta singular característica», añade.

 

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