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Por fin las 13 chicas que quedaron dentro de la casa (de las 20 que iniciaron la competencia) llegaron a conocer la “Top House” que realmente sí parece una casa de ensueño para cualquier mujer de 20 años: Espejos por todos lados, colores, habitaciones cómodas y decoración súper chic.
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Al poco tiempo de llegada, las participantes se reunieron en el jardín para romper una piñata sorpresa que en lugar de estar rellena de dulces tenía como premio el privilegio de que una de ellas escogiera dónde dormiría cada quien. El “honor” se lo llevó Lilia.
Antonio Gonzáles de Cosío, experto en moda y belleza, les dio una pequeña cátedra acerca de lo que significa ser modelo: “La moda pasa, el estilo permanece” es una de las máximas que les compartió a las entusiasmadas participantes que demostraron no saber mucho de modelos, modelaje y la moda. Oops.
El photoshoot de este episodio estuvo a cargo del fotógrafo colombiano Mauricio Vélez. Las chicas tenían que meterse a un papel de “diosa ancestral” para la sesión y el resultado… bueno, digamos que no fue genial.
Amira fue la chica que tuvo que abandonar la casa, dejando así el camino libre para las otras 12 concursantes que aspiran a convertirse en la próxima top model mexicana.
Si te perdiste el episodio, puedes ver el resumen aquí: