Actualmente disponemos de más tratamientos médicos y psicológicos para abordar problemas sexuales. Y la información que recibimos de los medios masivos de comunicación ha motivado la búsqueda de ayuda. Sin embargo, el sexo parece seguir siendo terreno de dudas y prejuicios.
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Es común no saber qué hacer ni a quién consultar. Situación que sumada a los sentimientos de vergüenza y frustración que muchas veces acompañan, puede dificultar o postergar la decisión de tratarse.
Los problemas sexuales como: eyaculación precoz, dificultades de erección, falta de deseo, vaginismo, anorgasmia, entre otros. Son la cara visible de un problema que puede ser: personal con la propia sexualidad; responder a un problema de pareja; deberse a situaciones externas estresantes; o producto de un problema de salud. Independientemente de su origen, los problemas sexuales afectan nuestra intimidad. Pueden tener consecuencias importantes sobre nuestra relación de pareja y autoestima, además de privarnos de la vitalidad que otorga una vida sexual satisfactoria.
Una persona o una pareja que sufre de un problema sexual, tiene mucho más que perder que un momento de placer. La sexualidad es un aspecto complejo e importante en nuestras vidas, que en sus distintas etapas nos obliga a adaptarnos a permanentes cambios: circunstancias vitales, la maternidad, problemas de salud, de pareja, u otros; pueden afectar nuestra respuesta o satisfacción sexual.
Es común que a lo largo de una relación haya momentos difíciles. Y si las cosas no se resuelven, puede ser de gran ayuda una mirada externa. Ya sabemos que las terapias sexuales han demostrado buenos resultados. Lo importante es no dejar pasar el problema por lo difícil que pueda ser reconocerlo. Buscar ayuda psicológica, médica y preguntar en centros especializados. Reconocer la importancia que tiene en nuestras vidas y relaciones.
Daniela Miranda es psicóloga clínica del Centro Chileno de Sexualidad (www.centrodesexualidad.cl, teléfono 2478567).