Inexmoda ha hecho un ejercicio juicioso durante años sobre sostenibilidad. Que puede ser una palabra ambigua y hasta un comodín para muchas marcas. Una palabra hecha para “sostener” discursos institucionales a medias.
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O una palabra vaga, insultantemente vaga, donde se piensa en productos que solo pocos pueden comprar. Pero el instituto de moda de Colombia ante el mundo ha trazado varias hojas de ruta, desde hace años, que se reflejan en espacios cercanos, comerciales y amigables para asistentes y marcas que pueden ver que la sostenibilidad es un camino que depende de muchos contextos.
En ese sentido se podría hablar de la Biblioteca de Materiales que tiene hace años la institución, que tiene materiales en desarrollo y otros ya comercializables, como Piñatex o el Cannabis.
Pero para Colombiamoda 2025 hay espacios de circulación y pedagogía. De marcas que desde distintas miradas y escenarios muestran que sí es posible tener mejores prácticas de producción, venta y una narrativa acorde.
Este es el caso de las Green Talks, que comenzaron con marcas como Coca Cola (que tiene su propio espacio en la Caja de Madera y tiene marcas como Zorro Gris, una de las pocas que apuesta a la libertad de tallas, o de artesanos de comunidades negras e indígenas, por ejemplo). Y también espacios dados a Malva, una de las tiendas departamentales más importantes del país.
En ese contexto, una marca como Veja, una de las más famosas y celebradas del mundo, afirmó su presencia en Colombia con sus tenis de lujo sostenible en el espacio del Green Loop. “Siempre tuvimos un gran deseo de entrar al mercado de LATAM, fuera de Brasil, donde estamos desde hace 10 años. Nuestro gran deseo por llegar al país era ver su moda característica: diversa, rica culturalmente. Y al ser el lugar de moda más grande de Latam, Colombiamoda ofrece un espacio con esos usuarios para los que queremos llegar. Igualmente, el país es avanzado al mostrar cómo a mucha gente le importa dónde se fabrica, cómo se produce, la artesanía local y el empoderamiento de estas comunidades”, explican a NUEVA MUJER Fernanda Gómez, directora de comunicaciones de Veja y Aline Reis, gerente comercial Latam de la marca.
quienes explican cómo su modelo de producción (sin inversores y bajo demanda) es lo que los diferencia de los demás productos sostenibles en un mercado cada vez más competido.
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Por otro lado, en el atelier de Marie Claire, marcas como WANAAWAA , que comenzó en San Victorino y gracias a la revista y a Bogotá Fashion Week ha consolidado procesos que la llevarán a la Semana de la Moda de Nueva York, y que muestran otro tipo de sostenibilidad.
La sostenibilidad como transformación social
La marca no olvida sus comienzos, y ha creado a través de estampados dinámicos un relato sobre Bogotá y sus puntos de referencia a través de piezas como blazers, conjuntos y abrigos, entre otros.
Andres Naranjo, su diseñador y director creativo, afirma cómo ha logrado estar en la mitad del mercado masivo y el diseño de autor. “Queremos atender las necesidades de diversos tipos de clientes. Además, queremos ver cómo, culturalmente hay cierto tipo de signos que nosotros queremos hacerlos evidentes en nuestras prendas. Entonces no solo es contar cómo se vive San Victorino, sino también trabajan personas, como las privadas de la libertad”, le explica a NUEVA MUJER Colombia.
La marca trabaja en el taller de artesanías de la Cárcel Distrital de Bogota, donde hay 30 personas, al menos, involucradas.
Esto es lo que también ha hecho Alejandro Crocker con uno de los proyectos más revolucionarios de moda en la actualidad.
De hecho, él abrió la proyección de Colombiamoda 2025 como un evento de nación con su colección ‘Fragmentos’, donde aparte de tener como modelos a sus alumnos y colaboradores, mostró su talento.
Es así cómo, con mujeres migrantes, integrantes de disidencias sexuales, mujeres privadas de la libertad y otras, ha logrado ensamblar, a través de residuos textiles, una propuesta innovadora que se vio con la transformación de cientos de uniformes desechados de varias instituciones, entre ellas la del transporte capitalino.
Este proceso fue el que explicó en un conversatorio que contó con la moderación de Diana Lucía Gómez, la representante de Vicunha, una de las marcas brasileras de dénim con los procesos sostenibles más interesantes del continente, y con la representante de la marca de zapatos artesanales de Patricia Mejía.
Crocker explicó cómo era su proceso mayéutico, el cómo articular diversos universos y el cómo a través de él muchas personas que ni pensaban en la moda como cercana han podido ya ser partícipes de sus proyectos y tener sus marcas.
Pero, sobre todo, de conciliar sus visiones para transformar a través de su producción y de su forma de enseñar y de integrar a tantas personas, la forma de producir y ver la moda.Y de cómo, esta, les da la oportunidad de soñar a personas que han tenido que vivir siempre en la marginalidad.
Co- creación, al fin y al cabo, de lo que trató el mayor evento de moda en Latinoamérica: unir mundos para la misma causa, para llegar a la misma idea, conciliando diversas visiones.
Por supuesto, Inexmoda consagra su visión de la sostenibilidad, que, a través de espacios en los que a través de las compras, materiales, actores privados y públicos, lleva a una ruta en la que como país repensamos la moda desde nuestros propios contextos.
Y eso es un gran avance en cuanto a nuestra propia validación y visión sobre el cómo desde la moda se pueden generar impactos positivos.