Colombia

Colombiamoda 2025: el cuerpo como centro narrativo

Envolvencia y relatos de identidad, en el último día de Colombiamoda 2025.

Julia y Renata
Julia y Renata Colombiamoda 2025 Julia y Renata en Colombiamoda 2025

Por: Julio Madariaga

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El cuerpo como celebración, como espacio de sensación y resistencia, y como un sistema que se desplaza, que habita y que recuerda.

Tres propuestas marcaron el cierre de las pasarelas de Colombiamoda, en donde el cuerpo es el lienzo sobre el que escribimos todo: la memoria, el sufrimiento, el placer y la identidad. Tres colecciones en las cuales no hay espacio para ocultarse, sino para convertir al cuerpo en una historia viva de escenarios y posibilidades.

Blesshs y Anthias: una carta al sol y al Caribe

En una agenda llena de desfiles, Solsticio fue la pausa necesaria para apreciar el ejercicio de la co-creación. Todo fue un cúmulo de intenciones y estéticas en la propuesta conjunta de las marcas Blesshs y Anthias, que dio como resultado una ceremonia donde el Caribe y lo hecho a mano se fusionaron en un mismo arte.

El tejido fue el hilo narrativo de esta colección, donde cada pieza parecía hablar de tiempo, de manos que saben lo que hacen, y, por supuesto, de flecos —sello distintivo de Blesshs— en vestidos que bailaban al ritmo de la música.

Por otro lado, Anthias trajo su tropicalismo vibrante, una poesía visual con sabor a agua de coco y pasos en la arena.

Pero más allá de las sensaciones, el mensaje de esta puesta en escena fue claro: co-crear es resistir al ego y celebrar la capacidad de crear en unión. Un resultado donde dos lenguajes se encuentran sin disolverse, en una colección donde vimos piezas que merecen ser bailadas, cantadas y vividas al ritmo de los trópicos.

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Y entonces, cuando parecía que el solsticio se había ocultado, nos sacaron de la pasarela para brindar. Así, sin aviso previo, mientras los y las modelos atravesaban todo Plaza Mayor. Un gesto que rompió con los convencionalismos del desfile y nos recordó que la moda también es celebración y alegría compartida.

Orozco x Alma Rosa: la moda como declaración de resistencia

Corría el año 2024 cuando al diseñador Jorge Orozco le diagnosticaron cáncer. Unos meses atrás, había sido el diseñador elegido para la pasarela Alma Rosa, un proyecto social que apoya, acompaña y visibiliza a mujeres que han atravesado la desdicha de esta enfermedad. Esa coincidencia no fue un accidente, fue el nacimiento de AURA, su nueva colección, que llegó para hablar de sanar, resistir y poner el amor primero cuando la vida parece estar derrumbándose.

Desde la primera salida, la colección se sentía como un abrazo al alma. Sastrería precisa, con esa nostalgia antioqueña que habla de historia, de nuestra relación con la ropa y de lo que queremos decir con ella. Una conversación ornamental de símbolos, donde vimos corbatas, cinturones, estampados libres y sin convenciones.

Cada modelo que caminaba por la pasarela redujo el performance fashionista a una coreografía de libertad, donde lo que importó fue la actitud y el sentimiento de sentirnos vivos. Una forma de ver la enfermedad como algo que se transita, y no como algo que nos define.

Lo de Orozco Clothing no fue solo un desfile: fue una declaración del vestuario como herramienta de resistencia ante la adversidad. La creatividad como refugio, como grito y como abrazo. Jorge, esta vez, regresó a la pasarela de ALMA no como invitado, sino como testimonio. Y desde ahí, desde la vulnerabilidad y la valentía, nos recuerda que vestirse también puede ser una forma de sanar.

Julia y Renata: moda mexicana con sentido e identidad

Hablar del universo de Julia y Renata no es solo hablar de colecciones, es hablar de interrogantes. Para esta edición de Colombiamoda, nos llevaron a caminar por Frontera, que no es una línea divisoria, sino una percepción del cuerpo, del espacio y del tiempo, donde la moda se convierte en un gesto político y metafórico.

Para las diseñadoras mexicanas, el cuerpo —quien viste la prenda— es territorio y lenguaje. El entorno se mimetiza con nuestra piel, y los pliegues, las estructuras lineales y las transparencias llegan a ser forma para significar, no para satisfacer.

Los materiales usados —crepé de seda, lino metalizado— no se presentan solo como insumos, sino como textiles que tienen memoria. La paleta de color, casi poética, donde el gris, el pólvora y el rosa pimienta evocan de forma fascinante lo mineral y lo ancestral.

La música, creada exclusivamente para el show, fue un mapa sonoro con elementos fragmentados, hipnóticos y envolventes. Una experiencia que rompió los límites de lo sonoro para volverse casi física y palpable.

Y entonces, los accesorios: una participación de la diseñadora Lorena Zertuche, que tomó las tortillas mexicanas como símbolo de lo cotidiano y lo consagrado, esculpidas en joyas bañadas en oro de 18k. Más que ornamentos, eran pequeños talismanes de identidad y orgullo.

La narración de Julia y Renata vas más allá de una pasarela, fue un trazo de la corporalidad y de lo que conlleva habitarla. Un pequeño recordatorio de que el cuerpo es el primer territorio que habitamos y el último que dejamos atrás.

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