Colombia

Johanis Menco: la vida con una prótesis

Un accidente casero cambió su vida, pero no el amor por el deporte.

Johanis Menco

El deporte de alto rendimiento comenzó para Johanis Menco en el año 2016 cuando esta santandereana hizo su debut en torneos nacionales. En 2017 fue parte de las pioneras de la naciente Liga Femenina de Fútbol Profesional en el país, jugando como arquera para el Real Santander (hoy en día Real San Andrés), donde fue incluida dentro del 11 ideal en varias fechas por su destacada participación.

Sin embargo su vida cambió en junio, en plena pandemia, a sus 25 años de edad ha tenido que superar una de las pruebas más grandes que le puso la vida, perder una de sus piernas a causa de un accidente casero.
“Estaba en la casa de la cuñada de mi novio en un asado… me acordé de unos chorizos que no estaban y me levanté de la silla a buscarlos, cuando giré me topé con un muro y al tropezarme el balcón estaba cerrado, no me percaté y cuando me di cuenta me estrellé con el ventanal de vidrio y lo que hice fue llevármelo, traté de empujar el vidrio pero lo que hice fue partirlo porque no era un vidrio de seguridad y lo pasé. Los vidrios cayeron en mi pierna izquierda que fue la que más resultó afectada, se cortó la arteria femoral en tres partes”.

La deportista, nunca se imaginó lo que había pasado tras la cirugía a la que había sido sometida, “cuando me levanto de la UCI llega mi mamá y empieza a pedirme perdón, le pregunto y me dice que fue por la decisión que tomaron…tuvo que tomar la decisión de salvar mi vida y de quitarme la pierna, es ahí donde me entero que tengo la pierna amputada y empiezo trabajo con psicología y con los médicos”.

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Su recuperación inició a nivel psicológico contando con el acompañamiento profesional y rodeada del amor de su familia, así logró mentalizarse para lo que vendría “hasta ahora he sabido cómo afrontar la situación de una manera diferente, más fuerte porque es muy duro, el qué pasa por esto sabe que es muy duro, pero ahí voy y con ganas de seguir adelante”.

Hoy, después de múltiples cirugías, terapias, y un camino de aceptación y reconstrucción, Johanis se ha trazado un nuevo reto, una nueva oportunidad, comprendió que con la adaptación de una prótesis podría volver a caminar. Si bien tuvo momentos de duda respecto a esto, entendió que la vida no le pondría pruebas que no pudiera superar.

Ottobock llegó a su vida y la de su familia para ofrecerle la oportunidad de una prótesis, “ellos hacen contacto conmigo y le brindan apoyo psicológico a mi familia, están acompañándome desde el minuto uno de mi accidente, le dijeron a mi mamá que me iban ayudar y que no se preocupara porque yo tendría una prótesis de alta tecnología que permitiera que hiciera mis actividades normales como cualquier otra persona, y que me iban a hacer acompañamiento en la parte deportiva y en la parte personal”.

Y aunque el camino no ha sido fácil, ella no se da por vencida, por eso a sus cuatro meses después del accidente decidió volver a comenzar en el deporte, esta vez con natación y ciclismo.

“Para mí los límites son mentales, no existen. Si se tiene una mentalidad muy débil se van a limitar a muchas cosas, en cambio tener una capacidad para levantarse ser resiliente y a pesar de lo que pasó seguir en pie, para mí es la motivación principal”. Y es que a raíz del accidente y la capacidad que tuvo para levantarse muchas personas la siguen, la admiran por su valentía, “eso quiero yo, ser un apoyo y un modelo a seguir para muchas personas que creen que porque tuvieron un accidente o una mala situación la vida cambia y los que cambiamos somos nosotros, no la vida”.

Al ser embajadora de Ottobock, la deportista cuenta con tres prótesis especializadas para cada actividad: nadar, caminar y montar bicicleta.

“Con la bici siento que soy yo, siento que puedo estar en un lado o en el otro, hoy estamos aquí mañana puedo estar en otro lado. Esa soy yo, de hacer diferentes cosas, no estar en la monotonía siempre, a mí me ha gustado mucho el ciclismo porque es un deporte muy exigente”.

Sus ganas de vivir se perciben en la forma en la que habla, en la inspiración que quiere dar a otros que como ella ha pasado por pruebas difíciles, por días de recuerdos que a veces la hacen sentir desfallecer, “hay momentos en los que a veces todavía me tortura, cuando me llegan los recuerdos del fútbol, cuando veo a mi novio jugando fútbol, a mi mamá o a mis hermanas jugando, en ese momento me tortura un poco porque yo digo que si tuviera mi pierna podría estar haciéndolo.

Hay cosas de pronto muy sencillas, cuando salgo con mi perrito y él quiere correr y yo no puedo, ahí me atasco un poco. Con la prótesis he sabido manejar eso poco a poco y me voy soltando más, hay más confianza entre la prótesis y yo, asimilar que ella es mi pierna y me va a permitir hacer lo que yo quiero, eso a veces es un poquito duro”.

Asegura que los cambios la han transformado y que con su historia espera poder seguir ayudando a otros, en estos momentos estoy tratando un niño que es de México que hace un mes tuvo una amputación, y yo le digo a él y a todos los que preguntan que yo trabajo desde mi parte mental porque creo que los pensamientos, las emociones que a veces sentimos nosotros son más negativas que positivas, pero si tú le buscas el lado amable a la situación vas a sacar provecho de eso”.

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