Colombia

Carolina Soto, la vida como un viaje fascinante

Es una de las presentadoras más carismáticas y queridas del país. Y en todas sus vivencias refleja ese espíritu.

Hernán Puentes

Millones la siguen por su profesionalismo, porte y sencillez en Día a Día y por, sobre todo, para ver cómo  ese ángel que transmite a través de la pantalla también se extrapola a su vida cotidiana. Una vida de brillo, amor y fuerza, siendo la feliz esposa de Germán, la orgullosa madre de Valentino y Violetta y una poderosa empresaria con su marca Caro Soto Team. Pero la presentadora, en todas estas facetas, ha vivido viajes personales, profesionales y sí, también viajes literales que muestran cómo su vida va más allá de una imagen idílica y la componen vivencias únicas. Unas, en las que al menos, para ella, cada día se queda bastante corto.

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“Yo creo que hay que dormir cada vez menos, esa es la única clave”, le dice a Nueva Mujer entre risas, al preguntársele por la clave para lograr los sueños y vivir así, a su manera. “Hay que acostarse tarde y levantarse muy temprano para lograr hacer muchas cosas en el día y para trabajar en lo que uno quiere, poder estar con los hijos, dedicarle tiempo a la familia, a la casa y a la empresa”, afirma. Sin embargo, está agradecida con su trabajo y con su público, ya que al estar acompañando las mañanas de los colombianos, puede dedicarse a sus niños. Y eso le ha traído bastante felicidad. “Estoy feliz, porque volví a arrancar ‘Día a Día’. En enero volví a empezar el programa porque estaba de licencia entonces volví. Ya estoy de lleno en el programa y también soy afortunada: con mi marca de zapatos nos ha ido muy bien. En todos los niveles he tenido un año maravilloso y en lo personal, siento que pasamos todos por momentos difíciles. Pero no hay nada que no sea fácil de solucionar”, explica, con su inmensa y chispeante serenidad. Y esa la ha aprendido a cultivar con momentos muy dolorosos, pero también muy desafiantes incluso en su vida cotidiana. Sobre todo en la maternidad, que es un regalo para muchas, pero también llena de obstáculos, como todo viaje que se emprende en la vida. “Con Valentino siento que no disfruté tanto al inicio, porque cuando eres primeriza te estresas por muchas cosas y tienes muchos miedos. Eso no te permite estar tranquila. Ahora, con Violetta siento que ya no hay angustia y la dejo ser más libre. Su hermanito es su referente a seguir”, expresa con orgullo. Claro, no lo ha hecho sola. Su esposo, Germán González, ha estado dedicado a ambos desde el día uno. “Es la persona más entregada. Se quedó conmigo en la clínica, cambiaba los pañales la primera noche, cuando no me podía parar por la cesárea. Él hace todo. Y creo que la mejor faceta suya y la que me tiene más enamorada es esa, ser papá. Porque de verdad es lo máximo”, lo elogia.

Su viaje por la maternidad lo documenta en redes sociales, sobre todo en Instagram, que es el único lugar, a su juicio, donde desea mostrarse (no le interesa ser actriz, considera que no tiene el talento para ello y considera que por tiempo, no podría dedicar todo lo que requiere a mantener un canal en Youtube). Y ese rol prima sobre todos los otros viajes que hace en su vida. Incluso los que llevan a lugares en los qué maravillarse. Por eso, aunque el destino soñado de Carolina sería Tailandia, todavía es una realidad por concretar, ya que cruzar medio mundo y ver sus pagodas y esplendor requiere muchos días. Por eso, por ahora, se dedica a viajar con sus hijos a lugares igual de fascinantes, como Disney World, en Orlando. “Siento que esa primera experiencia para ellos, sobre todo para Valentino que ya es mas personita, que es más grande y ya entiende un poco más de los muñecos, que ya se ve las películas y ya vive en ese mundo mágico, fue  impresionante. Él se disfrutó de principio a fin los parques, se acostaba tardísimo con tal de estar hasta el último segundo en allí. Incluso Violetta empezó a caminar cuando estábamos allá. Ha sido el mejor viaje que hemos tenido en familia,fue mágico. El viaje soñado”, cuenta. Ella siempre se va para Cali a fin de año, aunque también alterna en Medellín, donde vive la familia de su esposo. Este año planea pasar sus vacaciones en Armenia.

Pero como siempre, hay cosas singulares que puede recordar de sus vivencias. Y en el viaje de sus sueños, llegó a la playa equivocada. “Yo tengo unos primos que viven en Miami, queríamos ir a la playa con los niños y ellos  nos recomendaron un lugar para ir; una playa que ellos decían que era súper chévere. Nos dieron el nombre, nos dijeron dónde parquear y nosotros llegamos con los niños, obviamente súper encartados. Cuando fuimos entrando, nos dimos cuenta de que era una playa nudista y nos miraban chistosìsimo, al vernos con mil cosas de niños y ellos felices con los baldes. Ellos son tan inocentes que no hubieran dicho nada y propuse quedarnos allí, pero Germán se negó. Caminamos un pedazo larguísimo, hasta llegar al punto donde la playa ya no era nudista. Era una bobada, porque nos separaba una línea y pisar el otro lado era lo que a Germàn le daba paz, para que no fueran a decir que estaba allí”, cuenta al pensar en los viajes, pero también en su esposo, que ha sido uno de los soportes en su vida y es más bien reservado en redes sociales. “Es tìmido, pero es mi fan número uno. Es el que me ha hecho hacer muchas cosas que yo no haría y me ha quitado muchos miedos. Ha sido esa persona que siempre está al lado para empujarme y, aunque no tenga nada que ver con el medio, a él le encanta lo que yo hago, le fascina. Ama acompañarme y siempre está pendiente. Con mi marca, él fue quien me ayudó y me motivó. Es visionario. Es mi mejor amigo y si temo él me motiva. Siempre está ahí y nunca existen celos o miedo de que yo esté en este medio. Al contrario: él está más metido que yo en esto. Solo que la gente no lo alcanza a ver”, enfatiza con orgullo.

Pero el matrimonio es solo otro de los viajes en su vida que ha sorteado con tanto éxito y entrega. También es consciente de cómo fue el suyo propio en una profesión que como muchas, ha sido muchas veces ensombrecida por el machismo. Y piensa que ahora a las mujeres en televisión se les escucha más de lo que se las quiere apreciar como meros objetos. “ Yo creo que la mujer cada vez tiene más importancia en todo el mundo, siento que ahora las mujeres somos más tenidas en cuenta para muchos papeles que de pronto antes estaban prohibidos o tenían a la mujer muy alejada. Inclusive ahora, en la fase política vemos que las mujeres somos un referente importante. Ahora, siento que también en el mundo de la televisión siempre hemos estado ahí, pero ahora cada vez más se escucha a la mujer, se le da importancia a lo que dice y eso me encanta”, afirma. “Pero no solo se ha visto ahí, sino en otras partes y es importante que la gente lo vea desde los medios, para que se reivindique más nuestra imagen”, expresa. “Y eso lo veo en el campo laboral. Cuando quedé embarazada de  Violetta me ofrecieron el puesto en Día a Día y llegué a pensar que no me lo iban a dar porque estaba embarazada, desde ahí me cambió muchísimo el chip, porque ya la mujer embarazada no es un encarte. Ahora muchas empresas lo ven como algo normal”, expresa con convicción, porque muchas mujeres son violentadas laboralmente solo por ejercer la maternidad. Y en ‘Día a Día’ también ha encontrado a sus amigas, que ampliaron su círculo extenso, al que nunca ha descuidado, así como otros ámbitos en lo personal.

Eso, al ser ella misma un referente de belleza en el país. Le suelen preguntar mucho  por su cuidado personal. Pero hasta en eso es transparente. “Estaría mintiendo si digo que voy al gimnasio porque yo nunca me aparezco, por allá nadie me ve. Jamás me ha gustado el ejercicio. A mì me funcionan otro tipo de cosas. Como de todo, pero en pocas cantidades. Si me como un postre lo hago con tres cucharada y listo, por ejemplo. También amo cuidarme con cremas y aceites. Amo ponerme un aceite luego de la ducha y mascarillas. También masajes para tonificar. Amo cuidarme con rutinas que invento en casa. También amo el maquillaje, creo que en otra vida debí ser una artista en este campo.  A mí nadie me enseñó: de tanto maquillarme en el trabajo, fui aprendiendo. El mejor tip – y por el que más me preguntan en redes sociales- es una línea que yo me hago aquí sobre el párpado que es color bronce. Todo el mundo me pregunta con qué lápiz me la hago,cuál es ese color, pero no es un lápiz, es una sombra bronce, yo mojo el pincel con agua y me lo pongo encima. Entonces queda súper brillante. Ese es el truco”, comparte Carolina, que no solo es transparente en sus publicaciones, también llega a sorprender en algo tan identificable como la apariencia. Al ser dueña de una marca de zapatos, se esperaría que fuese una amante consumada de los stilettos. “A mí me encantan son los tenis. Me siento súper cómoda, entonces tengo de todos los colores en mi closet, eso no puede faltar en el clóset”, expresa. Y aunque su régimen también es estricto, ama comer gomitas, paella, pastel de coco, entre otros placeres culposos, pero siempre vuelve a su centro. Y también tiene sus métodos. “Mi libro favorito es Tu espíritu en frecuencia modulada,de Gonzalo Gallo. Amo sus libros. Este tiene tips que dan motivación para salir adelante y se puede releer. Lo puedes abrir en cualquier página y algo te va a decir para tu día. Siempre lo tengo cerca”, expresa Carolina, que viaja entre el método y entre el vivir al máximo, pensando en el presente y en el futuro, o no pensando en ninguno en ciertos momentos. “Para más adelante abriremos un nuevo local en Bogotá y estaré con varias compañeras que son un referente de emprendimiento. Pero también amo vivir el día a día. No soy de de hacer muchos planes, no me gusta estar planeando tanto a futuro sino vivir en el presente”, dice esta mujer, que ha tenido en cada una de sus facetas un viaje y una historia para contar y que detrás de esa luminosidad trabaja constantemente para ser feliz y siempre sorprenderse a sí misma.

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