El pasado martes se conoció la partida de Patricio Frez. La conocida voz en off del Buenos Días a Todos, falleció a los 64 años producto del cáncer que lo afectaba. A días de su muerte, su hija Javiera Frez habló sobre los últimos intercambios que tuvo con su padre.
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«Siempre estuve preparada para este momento y, aunque mi papá no esté vivo ahora, lo siento conmigo. Él es parte de mí», dijo la estudiante de pedagogía en música a LUN. Cabe señalar que la joven de 19 años, es fruto del segundo matrimonio del locutor con Kattia Sepúlveda.
Si bien ella y su madre viven fuera de la capital desde hace algunos años, esto no fue impedimento para mantener la cercanía entre padre e hija. «La relación que tuve con mi papá fue algo muy lindo. Él me tuvo a sus 45 años y, por lo general, las parejas tienen hijos más jóvenes. Yo creo que llegué a iluminarle la vida a mi papá y él me lo dijo. Siempre le demostré el cariño que le tenía, él decía que me adoraba, que yo era su mundo y su chiquitita», contó.
Sus últimos momentos
En conversación con el citado medio, Javiera Frez señaló que la última pareja de Patricio Frez le avisó a su madre que este no se encontraba bien. Por este motivo, viajaron a Quilpué para visitarlo.
«Mi papá estaba apagado, no se levantaba mucho de la cama, tenía dolores. Era difícil hablar muy seguido con él porque eso lo cansaba mucho. Gastaba mucha energía y yo trataba de no hablarle tanto, y más que nada atenderlo, darle desayuno, sus remedios. Valoro mucho eso porque nunca tuve la oportunidad de atender de esa manera a mi papá», aseguró.
La noche del lunes viajó junto a su madre a Santiago, pero antes de partir le dijo a su padre todo lo que sentía. «Le dije que lo amaba con toda mi alma, que era lo más importante de mi vida junto a mi mamá y le agradecí todos los momentos lindos que tuvimos. Y eso no se va a borrar nunca. Él no podía responderme todo, pero me decía que me amaba mucho», recordó.
Finalmente, la mañana del martes recibió un audio de su papá. En ese mensaje, Patricio Frez le dijo que se sentía un poco mejor y le dijo «te quiero, mi chiquitita». «Ese momento fue un alivio tremendo para mí. Yo le escribí altiro de vuelta, pero eso fue lo último que supe de él», agregó, indicando que su padre descansó bien gracias a las atenciones de un enfermero. «Cuando se le pasaron los dolores, tomó una siesta y se fue», señaló.