Chile

Ingrid Cruz: “Pronta a cumplir 44 años, me siento espléndida”

Devota de su hija y su trabajo, la actriz que interpreta a una mujer codiciosa y rodeada de mentiras en “Juegos de Poder”, de Mega, recuerda sus inicios en televisión, a sus personajes más queridos y sus incursiones en programas como The Switch.

«Mi hija está con influenza”, es lo primero que cuenta, con preocupación, la actriz al llegar a la sesión de fotos. Ingrid Cruz (43), quien por estos días encarna a la ambiciosa Karen Franco, una periodista encargada de la prensa de Mariano Beltrán (Álvaro Rudolphy) en Juegos de Poder, de Mega, comparte con el personaje de la ficción el hecho de que su hija, más que su prioridad, es su vida. Así lo expresa en sus redes sociales, donde suele publicar fotos y videos en los que se las ve disfrutando juntas.

Llegó a Santiago desde Antofagasta, siguiendo el sueño de estudiar actuación y lo logró. “Fue entretenido, tuve que aperrar. En ese momento, no pensaba tanto si no tenía plata para la comida o para moverme, la hacía no más”, cuenta. Al principio se quedaba en pensiones, hasta que, como resultado de su propio esfuerzo, logró establecerse y arrendar sola un departamento.

Se define como una persona agradecida y con “una muy buena estrella”. La misma actriz que dio vida a personajes como Sofía, en Marparaíso, su primera teleserie, vuelve a formar pareja televisiva con Jorge Zabaleta, veinte años después de su debut en la pantalla chica.

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Tras dos décadas de trayectoria, evalúa su carrera de forma positiva y recuerda con cariño cada uno de los personajes que ha interpretado, como a Belén de Machos, Gretel de Brujas o Stella de Pituca Sin Lucas, la Reinetita, quien marcó su trabajo más reciente, pues le permitió conseguir el Copihue de Oro en 2015.

Seguido de la distinción de uno de los premios más importantes de la escena chilena, también estuvo nominada como Reina Guachaca y a los Premios Caleuche, lo que para ella significa un respaldo tanto del público como de sus colegas. Razón que la mueve a seguir trabajando en lo que ama y la lleva a pensar que, en unos años más, continuará en las teleseries. Aunque reconoce que tiene pendiente participar en una producción extranjera para probar nuevos desafíos.

Luego de ver la exitosa carrera que has construido, ¿cómo te vinculas con el éxito?

¡Qué cuática tu pregunta! (ríe). Es que el éxito no es algo que me cuestione mucho, no trabajo con esa palabra, funciono más con la paz. Me considero afortunada y, para mí, la felicidad involucra muchas más cosas que sólo lo profesional, tiene que ver con mi filosofía de vida. Soy una persona muy agradecida, todos los días doy gracias por mi hija hermosa y sana. Trabajo a diario para lograr un estado de plenitud, que es difícil, pero creo que agradecer ayuda.

La gente te recuerda por tus personajes en Machos, Brujas, Cerro Alegre. ¿Cuál dirías que te marcó más?

Sofía, de Marparaíso, fue la primera. Me esperaban afuera del canal para un autógrafo. Veían en mí al personaje, en el supermercado me empujaban el carro y me decían que dejara tranquilo a Sebastián, que era el personaje de Jorge Zabaleta (ríe). Ya no ocurre tanto, la gente es capaz de separar el personaje de la persona. Rescato a la Reinetita, que fue súper querida. Justo en ese momento, estaba en un minuto muy complicado de mi vida, fue la luz al final del túnel. Cada personaje ha sido importante.

¿Qué significó para ti ganar el Copihue de Oro en 2015 por Pituca sin lucas?

Cuando una actúa no piensa en los premios. No digo: “Con esta escena me gano algo”. No pienso en esas cosas, porque estoy centrada en mi trabajo y en el resultado de esa escena puntual. Ese premio fue un regalo, me sentí querida. También lo acompañaron muchas nominaciones, como a Reina Guachaca y los Premios Caleuche. Son espaldarazos de la vida.

¿Cómo te has sentido volviendo a las teleseries con guiones más dramáticos?

Hacer comedia es mucho más difícil que hacer drama, pero tiene que ver con la dosis de realidad, para que la gente crea en las temáticas que se están hablando. Es interesante, porque el guion hace sentido a nivel político con las noticias mundiales y, desde el canal, tenemos la posibilidad de hablar de contingencia y llevarla a la ficción.

Tu personaje también es mamá. ¿Qué similitudes hay entre ustedes?

A veces grabamos situaciones tan límite que no me gusta poner la imagen de mi hija, no trabajo con la memoria emotiva, tengo otros métodos. El símil puede ser el conocimiento de ser madre y lo que una es capaz de hacer por sus hijos. En el caso de Karen, es una buena mamá, pero está envuelta en muchas mentiras.

¿Qué comentarios has recibido?

Que soy pava, mala, me piden que vuelva con el fiscal. Es divertido, me dan sus opiniones y tienen razón, pero uno no escribe el guion. No compito con mis compañeros de otros canales, me alegra que haya trabajo y que mejoremos la producción nacional. Nuestra competencia es con el cable o con Netflix, porque ahora hay distintas plataformas. La “guerra de las teleseries” quedó atrás.

Recientemente se criticó una escena del personaje de Jorge Zabaleta por su similitud con otra teleserie.

Ya está todo hecho, referentes hay de sobra. Tú puedes tomar cualquier película y empezar a comparar las escenas. No hay una copia, porque, cuando ellos salieron al aire, nosotros teníamos grabadas las escenas. Me parece que es una manera súper mediocre de pensar. No trabajo mirando al del lado, no hay tiempo para eso. Trato de hacer lo mejor que puedo.

Has contado que viviste un fuerte episodio de acoso de un hombre que se obsesionó contigo. ¿Cómo manejas esas situaciones?

De la manera más “polite” posible y que no afecte mi vida personal. Vivimos en un mundo que avanza de manera muy extraña y, siendo lo suficientemente responsable cuando una situación excede los límites, hay que hacer la denuncia, ir a la fiscalía, ver a un abogado. Que mi trabajo sea público no quiere decir que tenga que permitir que me agredan, o violenten.

¿Te ha vuelto a pasar algo así?

Lo hablé en algún minuto y conté que sufrí una amenaza de muerte. Era chica, se me fue de las manos. Me pasó por encima, me derrumbó. Después entendí que existe un conducto regular y gente que se hace cargo de este tipo de situaciones para resguardar tu seguridad. Hay que darle la seriedad que corresponde a estas cosas.

Estuviste como jurado en The Switch. ¿Te gustaría incursionar en otros formatos en televisión?

He tenido la suerte de que en los canales donde he estado, me han dado la posibilidad de experimentar otro tipo de trabajos. En Canal 13 estuve en Pantalla abierta, en Sin mochila. En Mega hice dos temporadas de The Switch, como coach de actuación y jurado. Ese programa tenía que ver con mis intereses, era un proyecto maravilloso. A nivel mundial, el tema del transformismo no es tan tocado, lo hace RuPaul y tiene una industria gigante, pero es el único, no hay más. Fue el primer programa de la televisión abierta que no tenía que ver con denostar a los participantes, sino con el respeto por los artistas.

En Instagram compartes muchas fotos con tu hija, se las ve muy unidas. ¿Cómo describes su relación?

Ella nació sabiendo que su mamá es actriz y que sale en la tele. Cuando era pequeña, me costó entender que la gente se me acercara a decirme “cómo está la Emilia”. Yo pensaba: “¿Cómo sabe el nombre de mi hija?”. Después comprendí que viene con una carga de exposición, como consecuencia de mi trabajo.

¿Cómo la proteges de la exposición?

Enseñándole cómo manejarse en internet, cómo compartir fotos. Ella tiene un Instagram privado y tiene que mostrarme las fotos que sube y también las conversaciones.

¿Qué valores intentas transmitirle?

Trato de que el amor sea lo más importante y eso tiene que ver con el respeto, porque en esta sociedad no se mira al otro. Le transmito el amor al prójimo, a la naturaleza, el respeto, a no mentir y ser feliz. Es heavy, porque ser feliz parece que es una responsabilidad muy grande. La gente dice “ah, no querís na’” (ríe). Ella es capaz de ver a un perrito herido, o a alguien pasando frío y afectarse. Ése es el tipo de ser humano que quiero criar.

Cuando miras para atrás, ¿cuál es la evaluación que haces de tu vida?

Pronta a cumplir 44 años, me siento espléndida. Es entretenido ser más grande, hay una libertad con uno. Cuando miro las imágenes de Machos y de Brujas, digo “¡qué flaca era!” y me acuerdo que estaba mucho más pendiente del peso. Ahora me preocupan otras cosas, como la salud, por ejemplo. Cuando era chica miraba más a los otros y quería ser como los otros; hoy, me interesa verme bien para mí y disfrutar más en todo sentido.

¿Cómo te ves en unos años más?

Haciendo lo que me gusta. Me encantaría hacer una producción extranjera, no para irme, porque amo mi comodidad aquí y mi hija está estudiando, pero me gustaría ver cómo funciona mi trabajo afuera.

¿En pareja?

Soy afortunada. No sé cómo decirlo y que suene bien, pero no estoy dejada de la mano de Dios (ríe). No sé si me gustaría tener una pareja, porque estar sola tiene beneficios increíbles y estoy acostumbrada, tengo libertad. Hay veces que a una le falta el cariñito, sí, pero hasta ahora no me ha pasado. No te voy a negar que me encantaría que alguien me enamorara, pero no lo busco.

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