Chile

¡Kendall & Kylie llegan a Dijon!

Esto es más que seguidores y labiales. Las menores del clan Kardashian están cambiando el paradigma en muchos sentidos. Ahora, una parte de su influencia en la moda llega a Chile gracias a Dijon.

 

Las conocemos hace tiempo, son parte clave de la cultura del entretenimiento y han ocupado su vitrina para demostrar cómo su generación es capaz de expresarse mediante códigos desconocidos hasta hoy: desde internet hasta sus cuerpos, pasando por lo que ponen sobre ellos.

Kendall y Kylie Jenner, de 23 y 21 años, respectivamente, lograron conquistar al mundo como las menores de la familia Kardashian; rotulado que rápidamente desapareció para darle paso a un nuevo imperio: el Jenner.

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Las hermanas han crecido frente a nuestros ojos gracias al programa Keeping Up with the Kardashians, pero los tiempos cambiaron y las miradas se trasladaron del televisor al teléfono, una herramienta que las estadounidenses lograron aprovechar para construirse, no sólo como una marca, sino que también como referentes para nuevas generaciones que ven en historias de Instagram pasarelas y labiales, formas potentes para representar lo que son.

Entre las dos ya suman 252 millones de seguidores sólo en esta red social. Algo así como doce veces los habitantes de Chile. Y aún cuando sus detractores o los puristas del entretenimiento apunten a las hermanas como inspiraciones desechables, es el tiempo el que ha demostrado que son bastante más que las hermanas menores de Kim Kardashian.

Son pioneras en lo suyo y no temen comerse el mundo. Mientras Kendall dejó boquiabierto al nicho de la alta costura por sus eternas piernas y la holgura de su pasarela; Kylie, quien no sólo es la multimillonaria más joven en la historia, también es reina indiscutida del maquillaje y el autocuidado de la piel. Ambas, cada una por su lado y juntas, supieron llevar la moda a otro nivel, uno mucho más cercano y real. Un nivel que permite caderas anchas, acné, llorar frente a cámaras y mostrar parte de su intimidad para que se les entienda como personas, antes que simples maniquíes.

Sus habilidades en negocios y moda han sido acompañadas por una cercanía con las y los jóvenes de hoy, quienes no sólo conocen qué les gusta comer y vestir, también logran dimensionar los problemas familiares, amorosos y laborales que enfrentan. El mundo de la moda y los negocios ya no es el color rosa que se imaginó durante el pasado cuando se anhelaba la vida de los ricos y famosos. Luego de las presiones y patrones que hemos visto durante los ochentas, noventas y dosmiles, son ídolas, como las hermanas Jenner, las que llevan la norma un poco más allá.

Así es como los maxi pantalones de Kendall o los ajustados crops de Kylie van de la mano con la necesidad de respetarse y amarse, transformando la moda en nada más y nada menos que en un sinónimo de amor propio, de ganas de querer sentirte cómoda en el cuerpo que habitas.

Y si esa comodidad implica faldas cortas que muestren las piernas o vestidos holgados que hagan perder la figura convencional, pues adelante. Así lo demuestran las hijas de Kris Jenner en su día a día, ya sea de buzo en una tienda o de gala en el Met. Porque para alcanzar el estatus de las hermanas no sólo se necesitó belleza, sino que toda una fanbase que lograra ver en ellas ejemplos para vestir y vivir.

Los nuevos paradigmas de tener veinte años: ser mamá o no, pero siempre bajo tu decisión, meditar sobre el bullying para tratar los traumas, entender el maquillaje como un arte capaz de sanar la autoestima, y hacer de la ropa que eliges y ocupas una verdadera declaración de principios.

El legado Jenner está lejos de acabar, porque logran reflejar a las jóvenes con prendas y decisiones estéticas que sirven para expresar cómo piensan y qué sienten, cómo se relacionan con su entorno, con sus cuerpos, inseguridades y atractivos. Poco importa lo que digan los detractores cuando, dos mujeres recién entradas en sus veintes, están logrando que millones de niñas alrededor del mundo logren comprender la importancia de la confianza.

Furor en las redes, revistas, desfiles y fiestas, K y K se arriesgan a los leggins de spandex, al conjunto bra-impermeable, transparencias, botas, pelos de colores, pezones al aire, labios azules y blusas de oficina. En la exageración de un festival como Coachella o en la simpleza de un atuendo negro para un día de reuniones de negocios, las modelos y empresarias muestran la necesaria dualidad que todas tenemos, y nos empujan a expresarla.

No estamos obligadas a la seriedad del tacón sólo por ser profesionales, ni al oversize sólo durante la maternidad. Kendall disfruta de las zapatillas con la misma convicción con la que viste un traje de diamantes hecho a medida. Kylie combina a la perfección el pelo rosado con ser la primera multimillonaria de 21 años. Porque una parte no inhabilita otra, las Jenner tienen un pilar claro en este imperio: la ropa y el maquillaje son banderas que puedes levantar para amarte, y eso está lejos de estar mal.

Revisa la colección de Kylie y Kendall para Dijon aquí

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