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Consejos para ordenar tu closet y de paso, tu mente en el cambio de temporada

La pesadilla infantil del monstruo escondido dentro del armario es real: está entre los montones de ropa donde se pierde nuestra polera favorita y en la fobia que da poner orden en ese espacio. En Nueva Mujer creemos que el cambio de temporada es el momento ideal para enfrentarlo. ¡Mira cómo!

Quién no se ha pillado fantaseando con el clóset de alguna celebridad? Mirando con deseo los cientos de zapatos y prendas increíbles, perfectamente dobladas y ordenadas, que se lucen en un espacio enorme.

Aunque soñar es gratis, alcanzar lo primero probablemente sale varios millones, así que optemos por lo segundo: disponer nuestra ropa de manera prolija. Recopilamos consejos de gurús del orden que han desarrollado métodos que se transforman en súper ventas para ayudarte a recibir el calor con alegría y paz mental. Algo así como “mente sana en clóset sano”.

Transfórmalo en un ritual

Poner cariño y dedicación en fechas concretas, las transforma en experiencias más gratas. Fijar un día para realizar el cambio de temporada en tu armario puede convertirse en un hito agradable. Por ejemplo, justo antes del 18, abre las ventanas (en el clóset siempre se acumula polvo) y arma una lista de música que te gusta. Puedes invitar a una amiga o hacerlo sola. Sólo importa  que disfrutes la experiencia.

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A fondo

Saca todo lo que tienes. Pon la ropa encima de la cama, para que dimensiones cuánto volumen ocupa. Antes de clasificarla, revisa todos los objetos (maletas, bolsos, carteras) que guardes dentro. Elimina cualquier “cachureo” innecesario, como esa cartera que usaste por última vez el 2010 o esa colección abandonada de postales que, aceptémoslo, sólo deberían ocupar espacio en tu memoria. Limpia todos los rincones antes de volver a guardar algo adentro.

Deja ir

Puede ser el mejor consejo de amor o una máxima a la hora de organizar tu armario. Revisa primero la ropa que vas a guardar. Si no lo usaste en toda la temporada, apártalo. Si algo no te queda bien, pero lo guardas con la esperanza de cambiar de talla o que se vuelva a poner de moda, apártalo. “Sin piedad” es el lema de las gurús del orden y es seguro que tus espacios se verán más prolijos si dejas de acumular cosas por si acaso algún día los astros se alinean y te quedan bien o las necesitas por primera vez en años.

La ropa que te genere dudas, vuelve a probártela. Si no te gusta como te ves, déjala en el montón que apartaste. Se calcula que cerca del 40% de la ropa que tenemos en el clóset no la usamos, así que, si eres honesta, puede ser un montón grande. En un mundo donde los desechos que rodean a la industria de la moda la transforman en la segunda más contaminante, te recomendamos darle una nueva vida. La misma suerte corre para los zapatos.

Guarda

En esta etapa tus mejores aliadas serán las cajas plásticas grandes y herméticas, y las bolsas al vacío, con las cuales reducirás al máximo el espacio ocupado por chaquetas, abrigos y prendas grandes que deban permanecer colgadas. Es importante que laves la ropa y la guardes con algo que ayude a mantener lejos las polillas. Algunas alternativas naturales son las cáscaras de limón o naranja, flores de lavanda o clavos de olor. Guarda la que escojas en pequeñas bolsitas de tela y ubícalas junto a tu ropa. También puedes utilizar aceite esencial de lavanda en las superficies, mojando una toalla con unas gotas y repitiendo el proceso de vez en cuando. Un buen consejo, en el caso de que los zapatos queden desordenados y apretados dentro de tu clóset, es meterlos debajo de la cama en cajas plásticas.

KonMari, el minimalismo japones

Marie Kondo es una japonesa que factura millones a cambio de la promesa de ordenar vidas, cabezas y espíritus gracias a la capacidad de poder dejar impecable cualquier espacio. Permaneció por meses en la lista de libros más leídos con “La magia del orden”, un método que mezcla filosofía oriental con una estricta política de erradicar cachureos.

“La verdadera vida comienza después de poner tu casa en orden”, afirma Marie, añadiendo que ni los libros ni las cartas se salvan, pues, según la autora, la felicidad viene sólo después de que dejas de acumular. Una máxima que se extiende como una metáfora que plantea que, con el orden de cualquier espacio, se hacen las paces con el pasado y se pavimenta un mejor porvenir.

Si bien la denominada “gurú mundial del orden” parte aclarando que no cree en tener un armario que rote según temporadas (llama a tener muy pocas prendas, por lo que el espacio no debería ser un problema)  y que –al contrario de lo que sugerimos más arriba– los pocos objetos para almacenar que uses, deberían ser unas sencillas cajas de zapato.

 

Sobre su estricto método hay un par de puntos que nos parece importante recoger:

  1. ¿Lo quieres de verdad?, ¿es necesario?, ¿te hace feliz? La invitación de la japonesa es a tocar los objetos y sentirlos mientras te haces esas preguntas. Si la respuesta no es un sí rotundo, déjalo ir.
  2. Sé radical. Para abordar eso, es necesario ordenar por categoría, no por espacio. Por eso, si vas a ordenar ropa, toma toda la que tengas y júntala. Ahí escoge qué se queda y qué se va. Es importante ser consciente de lo que tienes, para rodearte sólo de lo que te hace feliz.
  3. Komono es un término japonés que sirve para denominar los objetos que posean valor sentimental y que Marie Kondo plantea a lo largo de todo el libro como un horizonte al que tarde o temprano, hay que llegar. Para ella, la vida de los objetos va más allá de sí mismos, por eso, una vez que cumplieron su función, pueden salir de nuestras vidas. Esa suerte corre para todo, desde esos pantalones que usaste mucho alguna vez y ya no te quedan pero le guardas cariño, hasta las cartas de amor que sólo están acumulando polvo. Lo importante es eliminar todo lo que tenemos sólo por tener y quedarnos con lo que usamos y nos da felicidad.
  4. Cuando empieza a ordenar un espacio, Kondo se arrodilla y lo bendice. Aunque no te sientas una sacerdotisa del orden, resulta importante que mantengas una relación de valor con todos los objetos, agradeciéndole también a los que están saliendo de tu vida, por lo que hicieron por ti. Además, es una forma de empezar a vincularte con los objetos que te quedarán, y también con los que vengan.

 

Al final, para Kondo, la magia del orden va más allá de un clóset impecable ocupado sólo con lo que realmente usas: es entender que podemos elegir vivir rodeados sólo de lo que nos hace felices. Si te interesa aprender más de su filosofía o de sus técnicas (hay miles de sugerencias para cada espacio de la casa), busca sus libros o encuentra más información en Internet, donde verás lúdicos vídeos. Además, no te pierdas su show en Netflix “Untitled Marie Kondo Projet”.

Dona

Una forma de darle nueva vida a la ropa que ya no usas es donarla o venderla. Lo importante es que esté en muy buen estado. ¿Algunas opciones para donar?

  1. Fundación Santa Clara. Trabaja con niños con VIH. Recibe ropa y artículos de hogar en Nueva Rengifo 251, Recoleta.
  2. Coaniquem Store. Al estilo de las Charity Shops inglesas, la fundación, de ayuda a la niña y niño quemado, acepta donaciones en una tienda cuyas ganancias van en un 100% en apoyo a la causa.
  3. Si prefieres vender tu ropa, algunas opciones son FeriaFerió y Prilov, sitios especializados en la transacción de prendas.

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