Chile

Benjamín Vicuña: “Hoy las cosas están en su lugar”

“Gaspar” de “Un diablo con ángel” se ha convertido en un personaje que detona el amor, el odio y el deseo de varios. Aunque algunos puedan pensar que el actor tiene un parecido a su personaje, se aleja profundamente. Su papel de padre es el más importante de su vida, se encuentra totalmente enamorado y asegura que intenta que el trabajo no lo consuma.

Por: Carolina Palma Fuentealba. Fotografías: Gonzalo Muñoz. Make Up: Paula Bruzzone.

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Mantiene relaciones paralelas, no le importa herir los sentimientos de sus cercanos y no crea lazos importantes. Así es el extrañamente adorable y cómico «Gaspar», protagonista de «Un diablo con ángel», de TVN, donde comparte roles con los talentosos Elisa Zulueta y Daniel Muñoz. Benjamín Vicuña (38) aclara que no se siente para nada identificado con la personalidad de su rol, incluso, confiesa que le fue difícil lograr dar con la tecla adecuada.
Una vez más ha realizado un gran trabajo actoral, y algunos medios ya lo consideran el salvador de la estación estatal. «Esos análisis siempre son egoístas en relación al equipo. Agradezco ese lugar, pero somos muchos los que estamos empujando este tremendo barco», argumenta.

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Mientras toma vacaciones con sus tres hijos -Bautista (8), Beltrán (4), Benicio (2)-, su pareja Eugenia «la China» Suárez y su hija, nos recibió unos minutos en Cachagua, donde pasa sus vacaciones desde niño. ¿Son duras las vacaciones siendo padre y madre? «No es para nada duro. Amo a mis hijos, y mi familia y otras personas me ayudan. Es el rol más importante que tengo y es mi prioridad siempre».

Aunque muchas veces lo reconocen y le piden la respectiva selfie, no le molesta, tiene la capacidad de mantener siempre la calma. Sutilezas que hablan sobre su personalidad, bastante alejada de las bromas que aparecen constantemente en redes sociales.

Se considera un hombre de fe, no le tiene miedo a la muerte, aunque no está libre de miedos. En esta conversación no quisimos profundizar en su esfera íntima, y se muestra aliviado, aunque minutos antes dio una entrevista para el matinal de TVN donde ahonda en las personalidades de sus hijos y lo bien que la «China» se ha adecuado a su familia. «Con ella estoy aprendiendo cada día», nos dice informalmente antes de tomarse las fotografías.

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A estas alturas Benjamín ya no resiste largas sesiones de fotografía, sabe exactamente cómo posar y lo hace automáticamente. La escenografía es el Club Ecuestre de Cachagua, donde jugará «una pichanga». Se le olvidaron las zapatillas, así que un amigo le dice que tiene unas extras. Queda feliz. Mientras sus compañeros se preparan, nos cuenta que le encanta el fútbol, que es de Colo-Colo y a sus hijos les hereda la camiseta.

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Lejos de «Gaspar»

Después de años alejado de las teleseries nacionales, optó por el desafío de ingresar a un área dramática que no pasaba por sus mejores días. Y es ahí donde, a través de un personaje que tiene encantado al público femenino, regresó con todo a la escena nacional.
«Es la historia de un arribista, desclasado, que pone por delante su profesión, su éxito, su individualismo y se les olvidan sus afectos. Es un lindo desafío ver cómo el personaje va madurando y va encontrando el amor. Finalmente, vinimos a la vida a encontrar el amor. Le va a costar, porque le gusta demasiado la fiesta, y le cuesta hacer ese giro y no necesita una amenaza, sino que muchas», detalla.

En redes sociales bromeaban con la idea de que te estás retratando a ti mismo. ¿Qué te parece?
(Ríe) Bueno, uno tiene que reírse de sí mismo y las caricaturas que se arman. «Gaspar» es un tipo egoísta que no conoció el amor, que no desarrolló vínculos, es un mal tipo, y creo que tengo amor propio y me considero mejor persona que él… al menos en un principio.

Te gusta crear lazos…
Uno se va cuidando cuando pasan los años. En general, soy una persona que genera vínculos con los cuales me voy quedando. Finalmente, en la vida los grandes recuerdos tienen que ver con las personas que uno conoce, y lo que aprende de ellas.

El peor lado

¿Tienes momentos de contemplación, de silencio?
Claro, los tengo y colecciono. Lamentablemente mi trabajo es muy expuesto. Estoy constantemente en grupos de trabajo muy amplios, y uno se arma un personaje para lidiar con eso. A veces son grupos de 30 o 40 personas, mucha gente nueva. Por lo mismo, soy un coleccionista de esos momentos, son como perlas. Hablo de la contemplación, del silencio, de observar sin ser observado. Hoy esos momentos preciosos los tengo a través de mis hijos. No el silencio (ríe), pero sí la contemplación de la vida.

¿En qué momento te nutres para luego mostrar un personaje en el teatro, cine o televisión?
También existe la caricatura de cómo uno se mueve constantemente. Hoy tengo la suerte de tener un tiempo para mí, para la reflexión, para estar con mis hijos. Mi familia es lo más importante. «Un diablo con ángel» lo grabé hace varios meses y siempre hay tiempo. Me gusta el teatro, el cine, conocer gente. Esta cosa acelerada es parte del pasado. Cuando más chico hubo momentos de tener una adicción por el trabajo, pero aprendí a decir que no, a priorizar las cosas. No sé cuánto me irá a durar, pero hoy las cosas están en su lugar.

¿Cuándo sale lo mejor de ti?
Intento no discriminar, trato de ser la misma persona siempre. En ese sentido, cuando comparto con mis hijos es un lugar muy valioso en el que trato dar lo mejor que puedo. No sólo por lo que ellos ven, sino por lo que ellos sienten, por cómo aprenden. Ahí inculco valores, mi forma de ver la vida; es donde me exijo más y quiero ser un súper hombre para mis hijos. Creo que a todos los papás nos pasa eso. También me exijo harto en el trabajo, trato de ser una persona respetuosa, educada, generosa. Cada uno tiene sus miserias, pero me gusta subir el nivel.

¿Y tu lado negativo?
El lado negativo viene de la mano del estrés, de los miedos y a veces de la prensa. Básicamente de cuando uno se siente amenazado o cuando ves que la gente que quieres puede llegar a sufrir y ahí surge el peor lado. Ahí uno saca los dientes.

¿Te preocupas de tener actos de bondad, conscientemente?
No es tan consiente, nace o no nace. Sería patético rememorarte o citar mis momentos de bondad en el día, en la vida. Cada uno sabe qué puede dar y qué no.

Desde la intuición

¿Qué te pasa con el aparente exhibicionismo de «Gaspar»?
El exhibicionismo, el llamado show off, me parece de mal gusto. En el caso de este «new rich», pone por delante su auto, su plata y eso a mí me choca, sobre todo cuando es tu manera de relacionarte con la gente, tu carta de presentación.

Quisiste ser empresario rápidamente con Teatro Mori ¿Siempre fue tu objetivo?
El «empresario» me queda un poco grande o un poco chico, no sé. Me considero un gestor cultural que armé con una compañía de teatro un espacio para hacer teatro. Y hoy sí me queda grande porque son cinco salas de teatro, que generan empleo y estoy muy orgullo, pero se dio de forma natural, y que fue creciendo. En relación a los afectos, trabajo con amigos. Por ejemplo, mi socio (Gonzalo Valenzuela) y el gerente, que es mi compañero del colegio desde los 4 años, Cristóbal Vial. A la Andrea Pérez de Castro (directora de programación) la conozco desde los 18 años. Qué rico cuando puedes trabajar entre amigos, y eso lo pongo por delante, más allá del empresario, del gestor.

¿Cómo tomas tus decisiones?
Hay mucho de intuición, pero en laboral influyen varios factores. En general los personajes, los guiones, las personas que conforman el proyecto ayudan. No hice un diseño de mi carrera, es más bien intuitivo. Voy buscando, ojalá, buenas historias que contar.

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Libre de prejuicios

¿Qué es lo más cerca que has estado de la pobreza?
Más allá de situaciones personales, en mi colegio (Sagrados Corazones de Manquehue) existe una vocación social importante. Estuvimos en campamentos ayudando siempre a la gente y, como embajador de Unicef, hace 10 años, he tenido la posibilidad de estar en Haití. Hice un documental ahí, y te das cuenta que no es sólo pobreza, sino que miseria espiritual y social feroz.

¿Qué haces con esa sensibilidad?
En mi caso, Unicef y los niños son un lugar real para modificar las cosas y el futuro, y es donde puedo hacer mi pequeño aporte. Está claro que si soy vulnerable y dejo que me afecte, no podría ni respirar. Cuando uno ve lo que pasa con la guerra en Siria o conflictos con emigrantes, lamentablemente, a esta altura del partido, uno tiene que tener una distancia. Es complicado porque es una distancia que puede ser una indiferencia, y así se complica, pero cada uno ve dónde puede ayudar. También está el refrán «la caridad empieza por casa». Uno trata de hacer lo mejor posible con su gente, con su entorno.

¿Eres una persona austera?
No. Me considero una persona austera en el sentido de que disfruto lo simple: el deporte, los paisajes, el día a día. Austero sería mucho decir. Austeras son las personas que no tienen auto y ese tipo de cosas. En ese sentido, no tengo tantos complejos.

¿Cuál es tu mayor frivolidad?
Lo hemos hablado con mi amiga uruguaya que se dedica a la moda (que está con nosotros). Incluso la moda para muchos es superficial, pero es un arte también. Si te fijas, todo tiene su vuelta. Me liberé de este tipo de cosas, antes cargaba de muchos prejuicios. Con la madurez puedo ser más libre. Frivolidades uno tiene y es parte del paquete. Hay que asumirlo y quererse igual.

¿Qué importancia le das el sexo?
El otro día escuchaba a un amigo que decía que las relaciones tienen 4 patas, y una pata es el sexo. No sé si es tan prioritario, pero sí es la llave de entrada a muchas cosas. La química es fundamental, pero luego aparecen otras aristas mucho más potentes, grandes y mágicas que el sexo.

¿A qué le tienes miedo?
Ver sufrir a la gente que uno ama… básicamente eso. El resto, con el transcurso de los años, uno ha ido entendiendo que son situaciones pasajeras.

¿Eres una persona optimista o pesimista?
Soy una persona optimista, y honro la vida todos los días. También me considero «tremendista» a veces…

¿A qué te refieres?

Cuando tienes miedo a la tragedia, en creer que la vida en cualquier momento puede dar un giro y puede ser doloroso.

Llamados

Por tres meses, se irá a grabar una serie de fox a Colombia, y sus hijos lo acompañarán por un mes. En Chile baraja varios proyectos, no necesariamente con TVN.

 

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