Por Jessica Celis Aburto.
Fotografías: Gonzalo Muñoz.
Maquillaje: Claudia Bruzzone con productos Bobbi Brown.
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La belleza de Camila Rodrigues (32) impresiona en vivo. Sus 170 centímetros de altura aumentan sobre unos estiletos de infarto. Ojos claros, cuerpo y piel perfectos, no habla español y una traductora la acompaña. Nació en Sao Paulo pero vive en Río de Janeiro, se considera «muy carioca», estudió teatro en la Casa de las Artes de Laranjeiras de esa ciudad, y está casada con el empresario Roberto Costa. No tienen hijos, y aunque la maternidad está en sus planes, por ahora lo descarta.
Empezó a trabajar en televisión hace 10 años, en la red Globo. Allí estuvo 6 años hasta que saltó a Rede Record. «Hago lo que me encanta, que es actuar. También he hecho cine y me encantaría hacer más porque me fascina. Sin embargo el medio cinematográfico es un poco cerrado», lamenta.
Ha estado 3 veces en nuestro país –todas por motivos laborales– y de su experiencia con los chilenos ya tiene sus propias conclusiones. «Creo que brasileños y chilenos somos muy parecidos. Nos encanta abrazar a las personas, mirarnos a los ojos. Los chilenos son muy educados y simpáticos, igual que nosotros», afirma.
¿Y las diferencias entre chilenas y brasileras?
Creo que la brasileña tiene eso con lo que nosotros bromeamos, ese «tete reteté» (risas)…, ese calorcito y salsita. Por decirlo de alguna manera, hervimos más, es algo que tiene que ver con la sensualidad de la mujer como tal, y con que tenemos mucha playa, nos exponemos mucho. Por eso la mujer brasileña muestra más su cuerpo, pero sólo hasta ahí.
De hecho, posaste desnuda para Playboy, ¿qué te decidió?
No hice una sesión de fotos de desnudos, fue sólo una foto, y no de frente. Jamás he tenido problemas con el desnudo, porque es parte de mi trabajo y no tengo mucho pudor. Cuando actúas en escenas de sexo, por ejemplo, no sientes, no tienes esa libertad y todo es profesional. Algo muy natural, como esta conversación.
La mujer en Chile «envejece» muy rápido para la TV, y en cambio vemos a mujeres brasileñas maduras que siguen trabajando en teleseries con roles muy activos, sensuales, espléndidas…
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Otro punto es que maduran muy bien en pantalla. Si se han hecho algún retoque, no suelen ser evidentes. ¿Cuál es el secreto? ¿La alimentación, el carácter, buenos tratamientos de belleza?
No se puede generalizar porque ten la seguridad que hay algunas que sí se han hecho cirugías, y no se nota porque lo han hecho con buenos profesionales. Creo que si te vas a hacer una cirugía por un tema estético debes tener claro qué es lo que quieres, ser sensata. Los actores necesitamos transmitir sentimientos, expresiones, ¡imagínate si me pongo bótox y pierdo la expresión! Mi carrera podría acabarse. Creo que las que se ven jóvenes y nos se han hecho nada es porque tienen buena piel, llevan una vida tranquila, disfrutan, tienen una buena alimentación y vida saludable. No hay milagros. Debes ejercitarte, alimentarte bien, broncearte un poco y hacer lo que te gusta, porque eso se refleja en tu físico.
¿Es lo que haces tú?
Sí (risas).
¿Te has hecho cirugías estéticas?
Hace unos 10 años me hice una liposucción en la cintura porque tenía grasa acumulada que no podía perder. Llevo una buena alimentación, hago Bickram Yoga y en mi casa no consumimos azúcar ni sal. Cocino con Ghee (mantequilla clarificada), evitamos las frituras, fumo muy de vez en cuando, sólo si bebo algo.
¿Cómo mantienes tu piel, que parece de 15 años?
Debo agradecer a la genética (risas), no me pongo ninguna crema, no me expongo mucho al sol, uso protector solar y una buena base. ¡Con una buena base todo está perfecto! (risas).
«EN BRASIL NECESITAMOS UN SALVADOR»
Las teleseries brasileñas siempre han cautivado por sus guiones, que retratan realidades cotidianas con un profundo trabajo sicológico y social. ¿Por qué este giro en ahondar en temas históricos?
Pienso que porque nos está faltando tiempo en nuestra vida. El mundo va demasiado rápido, y creo que llegó un momento en que ya no quieres ver en pantalla lo que vives en el día a día. «Los Diez Mandamientos» funcionó bien porque nosotros necesitamos un libertador. Brasil en estos momentos está pasando por una crisis, algo que nos avergüenza: es un robo tras otro y no podemos hacer nada. Queremos a alguien que nos salve, que nos de la esperanza y que haga que aquellos que roban vayan a prisión. «Moisés» fue un poco eso, la historia de liberar a un pueblo que sufre.
¿Cuál es tu opinión respecto a lo que ocurre actualmente con la presidenta Dilma Rousseff y el ex presidente Lula da Silva, investigados por posible corrupción?
Me espanta, porque son personas que no tienen vergüenza alguna. Nosotros vemos lo que pasa, están los videos, y tienen la cara de negar las acusaciones. En Brasil es un disparate total, todo es robo. Creo que el PPT y Lula cambiaron, y me impresiona que una persona que trabajó y fue parte del pueblo sea capaz de hacer lo que hizo y está haciendo. Sabíamos que robaban, pero no a ese nivel.
No te pierdas las backstage de la sesión de fotos de Camila Rodigues
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