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5 señales de que amas la idea de alguien y no estás realmente enamorada

Estar enamorada puede traer muchas confusiones

Probablemente has escuchado que una persona puede estar «más enamorada de la idea de alguien que de la persona en sí». El concepto puede parecer vago, pero este fenómeno ocurre más a menudo de lo que piensas. Al fin y al cabo, estar en una relación tiene mucha vertientes. Si siempre tienes a alguien con quien acurrucarte cuando hace frío, y sabes que tienes a ese alguien para no ir al cine sola, es lógico que te guste la idea de estar acompañada. Pero antes que nada debes amar a tu pareja por lo que es, no solo porque son un cuerpo cálido para dormir en las noches.

A VECES SOLO QUEREMOS A ALGUIEN EN NUESTRAS VIDAS, INCLUSO SI NO ES EL AJUSTE CORRECTO.

Queremos ser amadas, cuidadas y correspondidas. Queremos que alguien con quien compartir experiencias, pensamientos, ideas y risas.

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De hecho, debido a que la mente es tan compleja, de alguna manera nos las arreglamos para perdernos dentro de ella. Esto por supuesto nos lleva a alejarnos de la realidad, provocando que veamos a esa persona como una idea del amor y no como algo que de verdad te hace sentirlo. ¿Te identificas? Estas son las señales de que delatan que estás más enamorada de la idea que de la persona.

Disfrutas soñar con tu relación casi más de lo que disfrutas de ella.

Tienes un rico mundo de fantasía interior protagonizado por tu pareja, y nada te hace más feliz que saber que estás saliendo con la estrella de esas fantasías. Excepto que no lo eres. Estás saliendo con una persona real, que existe en tiempo real y espacio. Y cuando estás cerca de ellos lo recuerdas, lo cual, si eres completamente honesto, es decepcionante la mayor parte del tiempo.

Te frustras con regularidad por sus reacciones y respuestas

En tu mente, estás saliendo con una persona de ideas afines, que ve las cosas de la misma manera que tú. En realidad, las respuestas que tu pareja le brinda en una conversación o la forma en la que reacciona a ciertas situaciones, a menudo te frustran o decepcionan. Poco a poco te das cuenta de que no piensa en la misma línea que tú, y en lugar de sentirte intrigada por las diferencias, te molestan.

Ignoras ciertas cosas que dice o hace, porque no van con la  persona que te gusta pensar que es

Si eres completamente honesta contigo misma, ignoras mucho de lo que hace tu pareja para no darte cuenta de que no estás tan enamorada como creías. Cuando la forma en que te gusta pensar en ellos no se alinea con la forma en que te gustaría que fuera, eliges la ignorancia sobre la realidad. Valoras la idea de tu pareja en lugar de sentir que es tu pareja real.

Sus imperfecciones no te pasan desapercibidas

Cuanto más tiempo pasas con tu pareja, más lo conocerás, incluidos sus rasgos menos que perfectos. Si realmente amas a alguien, puedes aceptarlos por lo que son: defectos y todo. Pero si eres capaz de sólo detectar su terquedad, enojo o que es desordenado y hasta maloliente,  es cuando  comienzas a cuestionar tu amor por esa persona y hay errores de su persona -que ni siquiera tienen que ver contigo- que te cuesta superar.

No te completa

Disfrutas estar con tu pareja cuando van al cine o salen a comer, pero en el fondo sabes que sientes que tu pareja no logra satisfacer tus sentimientos. Básicamente, no te están ‘completando’ o llenando un vacío en tu vida, y tu expectativa es que con ellos deberías sentir plenitud. Depender de la relación para solucionarlo significa que la relación está condenada. No bastará con confiar en tu bienestar personal y el ajuste para arreglar la relación.

 

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