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Tranquila, ser “demasiado” sensible no te hace una loca

Cuando eres demasiado sensible el mundo parece no entenderte

Lloras cuando la cara de tu ex aparece en tu mente. Lloras aún más cuando piensas en todos los buenos momentos que han compartido y lloras todavía más cuando te das cuenta de que ya no está a tu lado. Esta bien. No estás loca.

Lloras cuando te reencuentras con esa persona que no veías desde hace mucho tiempo y cuando te despides de ella de nuevo. Lloras con la escena de Titanic donde Rose se despide de Jack y también en donde Woody se despide de Andy cuando este se va a la universidad. Tampoco estás loca.

No permitas que nadie lo convenza de que tu alta sensibilidad es algo malo. Significa que eres optimista. Significa que ves lo mejor en las personas. Significa que tienes una mente abierta y un corazón noble. Eso no es algo de lo que avergonzarse. Créelo, eres el tipo de persona que todos necesitan en su vida.

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Las personas que son muy sensibles reaccionarán más ante una situación. Tendrán más empatía y sentirán más preocupación por los problemas de un amigo o de un hermano. También pueden tener más preocupaciones sobre cómo otra persona puede estar reaccionando frente a una situación difícil.

Probablemente estés acostumbrada a escuchar que no debes tomar las cosas tan en serio y a sentirte incomprendida porque nadie entiende por qué lloras o te irritas con facilidad.

La percepción de la sensibilidad puede ser diferente cultural y socialmente hablando. En algunos lugares, los hombres muy sensibles suelen ser objeto de burla y en otros, son admirables. Las mujeres demasiado sensible pueden ser consideradas locas pero también su emotividad puede ser muy atractiva.

Ser «demasiado sensible» no tiene que ser algo malo.

Si recientemente se te rompieron el corazón, podrás pensar que quedarte estática y mostrarte como una roca es mejor, pero no lo es. Cuando «adormeces» tus emociones, no puedes dejar fluir la inmensa tristeza que emana de tu alma y tampoco puedes sentir felicidad cuando intentas distraerte.

Una piedra no puede sentir emoción alguna y no quieres vivir así. Los insensibles enloquecen más pronto.

No es tu culpa desarrollar sentimientos por alguien que conociste en una fiesta con el que estuviste coqueteando y con el terminaste teniendo una sola cita. Conoces la «regla» sobre no enamorarte de alguien con el que tuviste sexo casual, pero tu alta sensibilidad termina rompiéndola.

Tampoco es tu culpa si te enojaste «de más» con ese amigo que prometió estar contigo cuando lo necesites y que hoy te ha cambiado por otra. Se vale. Para ti las promesas lo son todo y mientras que tú estás dispuesta a dar todo por los que amas, te cuesta trabajo entender que nadie va a responder así porque simplemente no piensan ni sienten igual.

Muchos te llamarán loca por reaccionar como reaccionas y te dirán que no seas exagerada pero quien de verdad te ama, aceptará la forma en que te sientes y aunque por momentos te dirá que te calmes y que no te lo tomes personal, terminará prestando su hombro para que llores.

Esa persona te animará a que le digas lo que tienes en mente y estará allí para ayudarte a superar tu dolor y gracias a tu gran sensibilidad se sentirá lo suficientemente confiado para decir exactamente lo que siente sin miedo a «hacer el ridículo» y llorará delante de ti. Porque sí, todos necesitan en su vida a alguien que siente demasiado.

 

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