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Bonos de Carbono ¿solución real o negocio medioambiental?

La compra y venta de bonos de carbono debería reducir la emisión de CO2 en la atmósfera, pero se ha convertido en un negocio que no soluciona nada desde el fondo.

No es un secreto que desde la revolución industrial, la contaminación ha aumentado a niveles peligrosos, causando una aceleración en el cambio climático que en situaciones normales, demoraría cientos de años.

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Las principales causantes de la contaminación son las grandes fábricas, que han contribuido a la acumulación de CO2 en la atmósfera, pero para tratar de arreglar el problema de la contaminación, se inventaron los Bonos de Carbono.

Estos bonos de carbono se venden y compran dependiendo de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero por empresa, o producirse a través de mecanismos de “captura” de carbono, como plantar un bosque o reducir emisiones contaminantes a través de un cambio de tecnología de producción.

Sin embargo, esta venta de bonos no cambia nada. No hay grandes cambios en las políticas medioambientales, no hay concientización a la población. Todo queda en manos del mercado, una especie de Laissez-faire, donde todo se regulará y mejorará solo.

Pero no se ve la contaminación como un todo.  La venta de bonos reduce la crisis ambiental a pequeñas porciones, a mínimas partes, como si el sistema no estuviera interrelacionado, lo que ha provocado serias deficiencias que no permiten que el mecanismo funcione como se planeó en un principio.

Además, muchos de estos bonos se pueden obtener de manera gratuita. Los gobiernos lo regalan a las empresas contaminantes, ya que para reducir las emisiones, primero tenemos que contar y controlar las existentes para luego comenzar con la disminución gradual.

Por lo tanto, las empresas que actualmente producen las miles de toneladas de CO2 reciben estos bonos y, a medida que reducen sus emisiones, pueden vender estos bonos, generando ganancias.

Sin embargo, es una seria inconsistencia, ya que le estamos regalando productos vendibles muy valiosos justamente a aquellos que han generado el problema, en vez de usar ese dinero en subvencionar las energías verdes o a limpiar los espacios que han sido contaminados por estas mismas industrias.

Aumentar el precio de los bonos de carbono es solo un incentivo a que se siga negociando con el cuidado al medio ambiente y no es una solución real ni definitiva a la emisión de CO2 de las empresas.

Fuente: Negocio medioambiental: emisión de bonos “verdes” sube 75%

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