Los investigadores están envidiosos atónitos. Aún no salen del asombro de ver cómo estas babosas marinas pierden su pene y lo recuperan con una facilidad inédita. Seguro ya han escuchado esas maldiciones de despecho gitano amenazando que el miembro se caerá a pedazos. Pues bien, están babosas están naturalmente protegidas porque simplemente les crece de nuevo.
La Chromodoris reticulata, que se encuentra en el Océano Pacífico, tiene un pene “desechable” según investigadores japoneses y además son “hermafroditas simultáneos“. Estos curiosos animales denominados “nudibranquios“, son capaces de aparearse por partida doble. Es complicado pero usemos la explicación de Bernard Picton, curador de invertebrados marinos en el Museo Nacional de Irlanda del Norte:
“El aparato genital está en el lado derecho del cuerpo. Así que dos nudibranquios se unen y se enfrenta a un lado y uno se enfrenta a la inversa, con la parte derecha de su cuerpo tocando”. De forma más explícita agrega: “El pene de uno encaja en la abertura hembra de la otra, y el pene de uno encaja en la abertura hembra de la primera…se entiende lo que quiero decir?”
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Orgiástica, por decir algo, resulta la vida sexual de estos afortunados seres marinos. Los estudiosos japoneses, observaron que luego de nada menos que 31 actos sexuales, se desprendieron de sus penes. Un triste final para tan acalorada historia, pensaron los investigadores nipones. Sin embargo, 24 horas después milagrosamente contaban nuevamente con un pene!
Resulta que la explicación se encuentra enrollada al interior de sus cuerpos. Tienen pene de recambio que es liberado según la necesidad de la picarona babosa.
Lo de perder el pene en el acto de cópula es usual en otras especies, pero que lamentablemente no pueden experimentar el milagro de la resurrección de su apéndice viril. Por ejemplo, la araña malabarensis corta su pene para arrancar (la hembra lo podría asesinar) mientras sigue bombeando esperma en el interior de su amante y la deja taponada. Cual Otelo, así asegura que su descendencia le pertenece genéticamente a él y no a otro.
¿Se imaginan a los humanos machos les ocurriera los mismo? Seguro el resultado sería menos feliz y en realidad tan dramático como en estos films
Fuente: Sea slug’s ‘disposable penis’ surprises (BBC)