Conocido como L’Arbre du Ténéré, el Árbol de Ténéré fue una solitaria acacia que en algún momento se consideró el árbol más aislado del planeta, único individuo en más de 400 kilómetros.
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Allí, de pie en el Desierto del Sahara -alguna vez un exuberante bosque- quedó sólo en una tierra estéril, a 120 kilómetros de cualquier otro árbol y como señal única de la ruta de las caravanas que cruzaban la región de Ténéré al sureste del Níger durante cientos de años. El árbol se hizo tan conocido que junto al Arbre Pedu o Árbol Perdido, ubicado más al norte, eran los únicos árboles que se incluían en mapas a una escala de 1:4.000.000.
El Árbol de Ténéré sobrevivió cientos de años de desertificación hasta que un día, en 1973, un camionero ebrio lo golpeó y derribó.
La región de Ténéré no siempre fue un desierto. Durante la prehistoria, en el período Carbonífero, fue un fondo marino y más tarde una selva tropical. Los dinosaurios vagaban por la zona y fue el territorio de caza del reptil conocido como SuperCroc.
Ténéré comenzó a ser habitada por los seres humanos modernos hace unos 60.000 años, durante el período Paleolítico. Sus habitantes cazaban animales salvajes y dejaron huellas de su presencia en forma de herramientas de piedra. Durante el Neolítico (hace unos 10.000 años) los antiguos cazadores crearon grabados y pinturas rupestres que aún se pueden encontrar en toda la región.
De manera gradual, el cambio climático convirtió el área en un desierto y dejó a Ténéré como un territorio inhóspito con poca vegetación y una precipitación media anual de sólo 2,5 centímetros. En algún momento del siglo XX, un pequeño grupo de espinosas acacias de flores amarillas eran todo lo que quedaba de los árboles de Ténéré. Con el tiempo, todos menos uno murieron.
Fuente: The Lonely Tree of Tenere (Amusing Planet)