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CRÍTICA DE CICLOVÍAS: Dublé Almeyda

La ciclovía de Dublé Almeyda es una muy buena opción para quienes tienen que recorrer Irarrázabal de principio a fin. Ubicada sólo a una cuadra al sur de la avenida, comienza en el Parque Bustamante bordeando la calle Matta Oriente, hasta que ésta se encuentra con Irarrázabal, República de Israel y Dublé Almeyda, una complicada esquina donde la ciclovía se respeta poco.

De ahí en adelante, bien por la vereda norte, bien por la vereda sur, la ciclovía se mantiene hasta Ramón Cruz, a sólo unas cuadras de Américo Vespucio. Yo diría que la ciclovía está dividida en dos partes. La primera va desde República de Israel hasta Exequiel Fernández, momento en el que, sin ningún respeto, la ciclovía desaparece, volviendo en sí sólo después de Plaza Ñuñoa.

En cualquier caso, en este primer período hay altos y bajos. Por ejemplo: al separarse de República de Israel, la ciclovía va por la calle, por la vereda norte. Poco más allá se sube a la vereda. A la cuadra siguiente cruza al frente, y una cuadra más allá simplemente desaparece. Desaparece una cuadra y sigue como si nada. Pocas cuadras más adelante hay un edificio estilo Paz Froimovich: la ciclovía va bien, pero frente al edificio no existe.

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Como decía, en Exequiel Fernández la ciclovía se acaba con un elegante “Fin Pista Recreativa”. Si uno sigue y cruza Macul (nombre real de la mal llamada Jorge Pedro Alessandri), reaparece durante dos cuadras. Ahí hay un cruce imposible: El de la calle Juan Enrique Concha. Justo antes de llegar a la esquina, la ciclovía dobla a la derecha y se topa con la vereda, donde desaparece. Hay que atravesar por el cruce peatonal y unos metros más allá, reaparece de la misma forma, para avanzar unos metros y extinguirse antes de llegar a Plaza Ñuñoa.

Sorteando el cruce de Dr. Johow, la pista avanza una cuadra por la vereda sur y después de Brown Norte cruza al frente. Desde aquí hasta el parque Juan XXIII, las esquinas son estrechas y empinadas, donde suelen detenerse autos. Uno se enoja, pero si no se detienen en el paso de bicicletas, simplemente no tienen ángulo para mirar si viene o no un auto.

La pista oriente-poniente de la ciclovía, al pasar detrás de la Casa de la Cultura, es intransitable. En esa cuadra las dos pistas se separan, quedando una franja de cemento angosta flanqueada por postes de luz literalmente pegados a la ciclovía. Ahí hay que subirse a la vereda.

Para sortear el paso bajo nivel de la Villa Olímpica, la ciclovía cruza nuevamente a la vereda sur y sube a una especie de estacionamiento, pero yo recomiendo lanzarse a cruzar el paso por debajo. Aunque hay que esforzarse un poco para subir, la velocidad de la baja es pura adrenalina.

Conectividad: la ciclovía de Dublé Almeyda tiene conexión, directa o indirecta, con las ciclovías de Antonio Varas –que llega hasta Providencia-, Dr. Johow –que llega hasta la ciclovía de Grecia-, y Juan Moya Morales –que más allá se llama Montenegro y llega a Tobalaba.

Si quieres saber porqué Dublé Almeyda se llama Dublé Almeyda, la municipalidad de Ñuñoa publicó en su portal un listado con las calles de la comuna y una breve explicación.

Bonus track: Fíjese en la foto. El cartel “Inicio pista recreativa” no tiene sentido. La pista continúa en ambos sentidos. Hay decenas de esos. Y como escribió quien sacó la foto en su flickr, el ceda el paso no impone ningún respeto.

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