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La biología de la felicidad

La felicidad se ha estado investigando científicamente por años y en la página web de la asociación budista tibetana de México, encontramos un artículo fascinante. A continuación los dejamos con el resumen de la investigación, desde ambas perspectivas: la del budismo y de la ciencia.

De acuerdo a Richard Davidson, profesor de psicología y psiquiatría de la universidad de Wisconsin en Madison, la felicidad no es tan solo un sentimiento vago e inefable sino un estado físico del cerebro que puede ser inducido deliberadamente.  Basado en estudios fundamentalmente centrados en contemplativos budistas como el monje tibetano Mattiew Ricard, hijo del renombrado filósofo francés Jean François Revel y autor del popular libro “El monje y el filósofo”, Davidson ha empezado a descifrar los misterios de la biología de la felicidad.

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Los avances científicos ganan un entendimiento cada vez más profundo acerca de las características físicas del cerebro feliz y han podido validar como este estado psico – mental, ejerce una importante influencia sobre el resto de nuestro cuerpo.  Por ejemplo, se ha observado, que al inocular con una vacuna antigripal a las personas calificadas con los niveles más elevados de felicidad y bienestar en pruebas psicológicas tradicionales, éstos tienden a desarrollar alrededor del 50% más de anticuerpos que el promedio de los individuos en el grupo de control; “una gran diferencia” afirma Richard Davidson.  Otros investigadores han descubierto, que la felicidad o sus estados mentales concomitantes, tales como la esperanza, el optimismo y la capacidad de satisfacción, aparentan reducir el riesgo y limitan la severidad de las enfermedades cardiovasculares, pulmonares, la diabetes, hipertensión, catarros y las infecciones alto – respiratorias.

Link: La biología de la felicidad (via Casa Tibet México)

Sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías de resonancia magnética que estudian el movimiento del flujo sanguíneo en las partes activas del cerebro, el electroencefalograma que mide la actividad eléctrica de los circuitos neuronales y el testimonio de los individuos estudiados que confiablemente pueden apuntar a los investigadores el momento en que experimentan sensaciones de bienestar o felicidad, se ha podido descubrir que la localización física de la felicidad se encuentra en el hemisferio pre – frontal de la corteza cerebral.

Con base en estos descubrimientos, una pregunta naturalmente surge:  ¿Es la corteza pre – frontal del cerebro la que produce la felicidad, hipótesis preferida por el materialismo científico, o es la felicidad la que ocasiona la actividad de éste hemisferio, respuesta predilecta de las tradiciones científico – espirituales como la tradición budista?  Indudablemente, afirma Davidson, “se tiene confianza de que esta parte del cerebro actúa como causa próxima de por lo menos algunos tipos de felicidad”, más no obstante, la realidad es que no podemos afirmar que lo es de todos.

Sea lo que fuere, a través de estas investigaciones una cosa se ha podido afirmar, el que los individuos sujetos a un entrenamiento contemplativo como el budista, son capaces de modular a voluntad y en niveles extraordinarios estos estados.  Quizás sea entonces cierto que Mattiew Ricard es en efecto, el hombre científicamente observado, más feliz del mundo.

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