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Mi héroe: Julia Butterfly Hill

Mejor que encadenarse a los árboles para proteger la naturaleza, es saber vivir en ellos. En Octubre de 1997, en el estado de California, Julia Butterfly Hill lo hizo, tenía 26  años y se subió a una Secuoya de 600 años. No se bajó en 738 días. Al árbol lo llamó Luna y su imágen dió la vuelta al mundo, ahora ella  participa en campañas de reforestación y conciencia medioambiental donde la necesiten, su vida está dedicada al tema.

La influencia de Julia marca un hito en los movimientos de protección ambiental alrededor del mundo, y en particular en Norteamerica, al punto en que Lisa, en un capítulo de Los Simpsons, se sube a un árbol en su pueblo cuando quiere protestar. Para el 2009 saldrá una película llamada Luna, del director indio Deepa Mehta, que cuenta la historia de Hill, representada por Rachel Weisz.

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La fundación Circle of Life, creada por Hill, apadrina causas de protección y desarrollo. El trabajo de Butterfly Hill hoy se resume en una pregunta: Cuál es tu árbol. O sea qué te mueve a encontrar tu camino y tu satisfacción. Ella encontró una forma de abrir conciencias, partiendo por la suya, después de casi dos años arriba de un árbol. En las fotos y videos que hay en la red sobre esta mujer, se ve como cambió su cuerpo, cara y forma de hablar a medida que avanzaba el tiempo arriba del árbol.

Julia hizo buen uso de los medios. Su linda cara y su constancia, el sentido del humor y la independencia en su hazaña, la hicieron tan popular que se subieron a saludarla personajes tan diversos como Woody Harrelson y Joan Baez. Butterfly Hill llevó paneles solares a su árbol y se mantuvo así conectada con la tecnología.

Pacific Lumber, la empresa que talaba los bosques de la zona, accedió a proteger tanto a la Secuoya Luna como a los árboles incluídos a 60 metros a la redonda de ésta. La empresa incluye hoy una política de Conservación Medioambiental en sus trabajos.

El activismo verde ha dado un mal nombre al camino de relación armónica con nuestro entorno natural, las nuevas generaciones no buscan salir con pancartas al más puro estilo de las guerrillas verdes sino cambiar el sistema desde adentro con acciones realistas y cotidianas. Con la certeza de que el medio en que vivimos es responsabilidad de todos.

El fenómeno sicológico que ha llevado al mal uso de los recursos tiene un nombre, se define como “Síndrome de separación”, la realidad de la vida moderna, donde la mayor parte de la población humana reside en ciudades, ha llevado a una desconección que obliga muchas veces a planes de acción radicales, la solución a esto es vivir, como dice Julia: despiertos con integridad. Sabiendo que gestos diarios aportan al cambio y persisten en el tiempo.

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