Por suerte, hoy las mujeres estamos dejando de lado esa concepción de que los hombres deben dar el primer paso y nos movemos más para estar con ese chico que nos vuela la cabeza. Así que si te mueres por saber de él pero no quieres quedar como pesada, veamos qué podemos hacer para que él te escriba primero.
1) No estar tan disponible
Puedes enviarle un mensaje, esperar que conteste y, cuando lo haga, ignorar el mensaje hasta el día siguiente.
De esta forma estás haciendo que él no piense que estás pendiente de él y se sentirá más interesado en escribirte para que no te le escapes. Recuerda, orgullo masculino.
Recomendados
En qué consisten los dos tratamientos innovadores que potencian la sexualidad en la menopausia
10 nombres rusos para niños: todos tienen mucho carácter y poderosos significados
¿Eres víctima del mal de ojo? Cómo descubrirlo y qué hacer cuando alguien quiere hacerte daño
2) Hacerte la confundida
Envíale un texto como que es para otra persona, pide disculpas inmediatamente y no contestes cuando él lo haga. Así no pensará que lo estás haciendo a propósito para charlar y quedará pensando para quién iba ese otro mensaje. Nada que los ponga más alerta que pensar que tienen competencia.
3) Dejarle con las ganas
Cuando charlen por mensaje, déjalo queriendo más charla o comienza una anécdota picante y curiosa, pero no la termines. De esta forma, él querrá saber qué pasó y te escribirá antes de lo que piensas. Yo ya probé esta técnica y sí que funciona.
4) Usa las redes sociales
Sí, ya sé que lo tienes en Facebook, en WhatsApp, en Instagram, en SnapChat… Bueno, utiliza las redes para incitarlo a que te escriba. Pon estados que hagan referencia a otras personas, indirectas que no sean para él. Verás cómo cae y te escribe.
También puedes usarlas para saber dónde va a estar y así aparecerte “de casualidad” con amigas y espléndida. Ponte el mejor y más sexy vestido e ignóralo toda la noche. Se querrá morir cuando te vea.
5) Prueba otras formas de comunicar
Quizá simplemente no te escribe porque no le gusta eso de mandarse mensajes. Generalmente, las personas con más necesidad de afecto e inseguridades son las más adictas a las charlas a través de ese aparatito.
Cuando esto nos pasa, creemos que el otro no siente lo mismo porque no siente la necesidad de comunicarse todo el tiempo, como lo siente una, y esto puede hacer que estés confundiendo las cosas. Prueba a llamarlo, a quedar para tomar un café… Quién sabe y quizás no te escriba solo porque prefiere las charlas cara a cara.