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Él nunca va a ser lo que necesitas

Nadie nunca va a ser suficiente si esperas que lo sea. Las relaciones no se tratan de ti y el otro, sino que de los dos.

Todos estos años has estado pensando en ello, pero te da miedo reconocerlo. Tus amigas dicen que es bueno estar sola a veces, aunque no falta el par que insiste en la idea de la felicidad ligada a la pareja como una constante.

¿Qué estás buscando? Dices que no quieres un príncipe azul, que odias la idea de un hombre machista y que no soportas imaginar una relación dependiente y sofocante.

¿Has escuchado cómo te refieres a las relaciones de pareja? Casi siempre es un monólogo: “Quiero alguien que me entienda”. “Nadie cumple mis expectativas”. “Todos tienen fallas, no encuentro a nadie que esté a la altura”.

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Te enfocas en ti misma, lo que no es negativo, sin embargo, debes abrir tu mente o, simplemente, tener una relación contigo misma, porque sólo tú eres suficiente para ti, o eso crees. No es necesario tener pareja para ser feliz, pero reconozcamos algo: los humanos nos nutrimos y complementamos entre nosotros, y tienes derecho a amar. De hecho, debería ser algo innato.

El problema, es que pensamos que si alguien nos ama, tiene que estar a la altura, “ser lo suficientemente bueno”. Tiene que ser todo eso que creemos que necesitamos.

Le adjudicamos esa tarea otra persona, la de satisfacer nuestras necesidades, pero se nos olvida que el ser humano nunca se cansará de buscar la satisfacción, que sus necesidades son infinitas, o sea, estás diciendo que tu pareja debe aceptar eso de ti y además, lidiar con su propia búsqueda de satisfacción.

¿No crees que pedirle eso a la persona que se supone que amarás, es un castigo, una condena? Cuando hablemos de lo que deseamos o necesitamos, no podemos enunciar la palabra pareja en esa misma frase.

Sólo tú sabes cuáles son tus necesidades, y los demás no están a tu lado para eso, sino que para compartir su propia perspectiva de la vida, del amor y de lo que implica entregarse al otro. 

Nadie nunca va a ser suficiente si esperas que lo sea. Las relaciones no se tratan de ti y el otro, sino que de los dos. Claro, hay que mantener las individualidades, pero para compartirlas y no para establecer parámetros de cómo deberían ser los demás, según tú.

Todos los seres humanos nacemos con la capacidad innata de amar, es lo que sabemos hacer. Cuando vamos creciendo, el ego corrompe esa capacidad, la desvirtúa, y es ahí cuando el diálogo se pervierte.

Si quieres gozar del amor, enfréntalo como algo natural, desde esa perspectiva. Ama a la persona que está a tu lado porque quiere, porque le importas. Tampoco aceptes que otro trate de cubrir sus necesidades a costa tuya. Ama y permite que te amen.

Buscar, esperar lo que necesitas, significa alejar a la gente. Una vez que el otro se de cuenta de que no está recibiendo amor, sino que facturas de satisfacciones cumplidas, huirá, seguirá buscando a alguien que lo acepte tal como es, al igual que tú.

Tu necesidad de beber agua nunca estará satisfecha, si no tienes agua, comenzarás a buscar otras cosas para sobrevivir. Con el amor es igual: si sigues en esa búsqueda constante, pero siempre quieres beber agua de manantial, seguramente sólo podrás beber una vez de ella. Luego morirás.

En cambio, si aceptas que tienes sed y que hay agua común y corriente a tu lado, y que es igual de buena, vas a dejar de exigirle a los demás que cumplan tus carencias. Aceptarás tu capacidad innata de beber, tu capacidad innata de dar y recibir amor.

Podrás sentirte completa amándote a ti misma, sin tener que depender de otro, pero aceptando que existe la opción de que alguien quiera compartir su vida contigo.

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