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Cambiar –sexualmente- por el otro…

Al no existir las medias naranjas, ni las almas gemelas; en las relaciones de pareja es poco probable que se coincida plenamente en el nivel de interés en el sexo que tenga cada uno, así como en los horarios para hacerlo o en que quiera hacer cada uno. ¿Qué hacer frente a estas diferencias?

Al no existir las medias naranjas, ni las almas gemelas; en las relaciones de pareja es poco probable que se coincida plenamente en el nivel de interés en el sexo que tenga cada uno, así como en los horarios para hacerlo o en que quiera hacer cada uno. ¿Qué hacer frente a estas diferencias?

La negociación en este ámbito suele no ser fácil… pero existe otra alternativa posible: cambiar hábitos sexuales por el otro. Hay estudios que sugieren que el hacer estos cambios, puede ser significativamente positivo para la relación.

Los señores de delantal blanco, evaluaron con qué frecuencia las personas hacen cambios sexuales por sus parejas; ya sea a nivel de frecuencia o de actividades, y si lo hacen; cómo se sienten al respecto. Las personas que hacen cambios con más frecuencia por el otro tienen parejas que reportan mayor satisfacción en sus relaciones.

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Pero esto suena a ceder, tolerar o postergarse, y eso termina mal tarde o temprano…también se ha visto que quienes tienen una actitud positiva respecto a cambiar hábitos sexuales por el otro, reportan mayores niveles de bienestar y tienen parejas que dicen lo mismo.

Por otro lado, en las relaciones en que hay menos demostraciones de afecto a través del contacto físico (esto generalmente se asocia a bajos niveles de satisfacción en pareja), el hacer cambios en la esfera sexual, puede ser un factor protector importante para la relación y puede crear oportunidades adicionales de cercanía, lo que a su vez puede aumentar las manifestaciones de cariño mediante el contacto físico, lo que se traduce en una mayor satisfacción en la relación.

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