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Educación sexual y porno

Hace ya un buen tiempo que el Porno ha llegado para quedarse. De hecho, dentro de los conceptos que hemos aprendido a asociar más rápidamente al escuchar la palabra sexo; está el de pornografía.

Hace ya un buen tiempo que el Porno ha llegado para quedarse. De hecho, dentro de los conceptos que hemos aprendido a asociar más rápidamente al escuchar la palabra sexo; está el de pornografía. Esto tiene mucho sentido si quizás para muchos, lamentablemente, el principal “educador” sexual que han tenido es el porno. Considerando entonces que es una realidad, que esta ahí y cada qué vez es más fácil acceder a él (estas a un click de distancia), tal vez sea necesario educar a las nuevas generaciones al respecto.

Personalmente no tiendo a demonizar las drogas ni a quienes las consumen; creo incluso que dependiendo del contexto y como las signifiquemos, nos pueden entregar experiencias “psicotrópicas” muy ricas… que mas allá de los juicios del bien o del mal, nos pueden servir. Aún día tendré que tener esa conversación sobre las drogas con mi/s hij@/s. Creo que algo parecido ocurre con el porno; depende del tipo de porno y en qué contexto, cantidad e intensidad, puede ser un estimulo que sirva o no.

El otro día leí sobre como los padres en Estados Unidos están teniendo frecuentemente esta conversación con sus hijos. En el mismo artículo se planteaba como la gran exposición a la pornografía (así como a juegos de video) se traduce en jóvenes aislados y socialmente ineptos. En este último punto reitero la importancia del contexto; cuando chico yo veía porno -claro que era infinitamente más difícil acceder que ahora- y también jugaba atari (que se demoraba 30 minutos en “cargar” un juego), pero también salía a andar en bicicleta, jugar al ring ring-raja, el semáforo etc y no terminé tan mal después de todo… (Sé que viene muy de cerca el comentario).

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Como dice Erika Lust (directora de cine erótico): “el estado actual del porno mainstream es triste. Por lo que he visto, rara vez representa la experiencia sexual humana típica de cualquier manera y sin ese elemento de la realidad, refleja una especie de universo paralelo de hairlessness, blanqueamiento, discurso diminutivo, atletismo: una fórmula que carece de placer y termina en la eyaculación”.

Si nuestros hijos se educan, aprenden y esperan seguir el modelo que les plantea el porno en general, lo más probable es que no lo logren…pero más allá de eso, tendrán vidas sexuales muy poco placenteras. ¿Y qué es sino placer lo que buscamos en nuestras vidas?

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