Una brisa cálida de esperanza ha llegado desde Ecuador al Festival Internacional de Cine de Venecia con “Hiedra”, la película de la cineasta quiteña Ana Cristina Barragán. En la prestigiosa 82.ª edición del festival, “Hiedra” conquistó el Premio Horizontes al Mejor Guion, un honor que marca un hito para el cine ecuatoriano.
PUBLICIDAD
“Hiedra”: una historia íntima que florece en la gran pantalla
La historia es profundamente humana y conmovedora. Azucena, interpretada por Simone Bucio, es una mujer de 30 años que pasa sus días observando a adolescentes en un hogar comunitario. Entre ellos, destaca Julio (Francis Eddú Llumiquinga), un joven marcado por el abandono.
A través de encuentros silenciosos y gestos íntimos, ambos forjan una conexión que es a la vez frágil y poderosa. Sus heridas compartidas se convierten en el punto de partida para una historia que transita el dolor, la empatía y la posibilidad de sanar desde la memoria y el vínculo emocional.

De hecho, esta película ecuatoriana es la primera en participar en esta competencia oficial desde 1999, cuando ‘Ratas, ratones y rateros’ de Sebastián Cordero fue presentada. Además, es la primera en ser seleccionada en la sección Horizontes, dedicada a explorar nuevas estéticas y voces en el cine global.
Un logro posible gracias al esfuerzo colectivo
La película “Hiedra” contó con un respaldo fundamental del sector público, ya que el Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación (IFCI), le asignó 224 000 USD. Este apoyo reflejó la apuesta estatal por el cine nacional y demostró que las historias cobran poder cuando se sostienen sobre esfuerzos institucionales comprometidos.
Incluso la ministra de Cultura, Romina Muñoz, celebró el logro: “el cine ecuatoriano está de fiesta” y resaltó la importancia de invertir en el arte para alcanzar escenarios globales.

Al recoger el galardón, Barragán emocionó al público con palabras que trascienden fronteras: “¡Que viva el cine latinoamericano, Palestina libre!”, en un discurso vibrante que vinculó su obra con la solidaridad internacional.
PUBLICIDAD
Dijo además que este premio “da valor” a su película y “significa mucho para el cine de Ecuador, donde hacer cine solo es posible con la sincronía de muchos esfuerzos titánicos”.
Una trilogía que retrata lo invisible
“Hiedra” también cierra una trilogía que comenzó con “Alba” (2016) y continuó con “La piel pulpo” (2022). A diferencia de sus anteriores trabajos, esta película se aleja de lo autobiográfico para centrarse en una intimidad distinta, la de los adolescentes en casas de acogida.
Esta película contó con un equipo diverso y un proceso actoral que duró varios meses, destacándose por trabajar con actores no profesionales, lo que confiere naturalidad y frescura a las interpretaciones.

El festival de Venecia se volvió testigo de esta hazaña que posiciona al cine ecuatoriano con fuerza y emoción ante el público internacional. “Hiedra” ya proyecta su camino hacia otros festivales, estrenos internacionales y, eventualmente, salas de cine nacionales.
Esta victoria no solo celebra el talento de Ana Cristina Barragán, sino que enciende una luz de inspiración para jóvenes cineastas ecuatorianos y celebra la rica diversidad emocional que este país puede aportar al lenguaje cinematográfico universal.