Sí, es real, solo un pequeño porcentaje de personas en el mundo tiene ojos verdes. Este color es más frecuente entre mujeres que hombres y suele encontrarse mayoritariamente en personas de ascendencia europea, especialmente en regiones como Hungría o Islandia, donde se presenta con más frecuencia.
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Pero incluso entre quienes tienen ojos verdes, hay una enorme variedad de tonalidades: desde un verde claro que casi se confunde con el azul, hasta verdes oscuros con matices ámbar o avellana. Esta diversidad hace que cada mirada sea absolutamente única.
¿De dónde viene ese color?
Aunque parezcan literalmente verdes, técnicamente los ojos verdes no tienen pigmentos verdes. El tono se produce por una baja cantidad de melanina en el iris, que, al interactuar con la luz, genera un efecto óptico parecido al que hace que el cielo se vea azul o rosado.
Además, no es un color que se manifieste desde el nacimiento. Los bebés con ojos verdes suelen nacer con ojos azules o grises, y es recién después del primer año cuando estos empiezan a tomar esa tonalidad encantadora.
Belleza rara
Hoy los ojos verdes son sinónimo de misterio, seducción y belleza. Pero no siempre fue así. En otras épocas, se consideraban señales de “algo extraño” y algunas personas incluso fueron discriminadas por ello. Afortunadamente, los tiempos han cambiado.
De hecho, según una encuesta realizada por All About Vision, de más de 66,000 respuestas, un 20.3% de las personas, el porcentaje más alto de la encuesta, dijo considerar los ojos verdes como los más atractivos, por encima de otros colores.
Un detalle que también influye en tu salud visual
Si tienes ojos verdes, aquí va un dato curioso: este tipo de iris puede ser más sensible a la luz solar. Por eso, se recomienda el uso de gafas de sol con protección UV para cuidar tu visión y evitar molestias.
No solo por su belleza, sino por todo lo que cuentan de nuestra genética, nuestra historia y nuestras emociones. Los ojos verdes son mucho más que una rareza, son una joya natural, un sello de identidad que nos recuerda que lo diferente también puede ser fascinante.