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Es momento de entender que los discursos de odio no son ningún chiste

Entre las bromas pesadas, “libertad de opinión” y chistes, estamos perdiiendo la humanidad

En los últimos tiempos, las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo que ha terminado por alimentar discursos de odio como lo es la transfobia, el clasismo, el machismo y hasta el antisemitismo.

Mientras que por un lado redes como Twitter han servido para dar a conocer movimientos, también se ha llenado de ataques en contra de quienes participan en ellos.

Recientemente circuló un video en el que una docente de la universidad Centro de Estudios Superiores de San Ángel (CESSA) de la Ciudad de México hizo un chiste antisemita durante una clase virtual.

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Lo que parecía una dinámica “divertida”, terminó siendo un momento tenso que r4epresentó consecuencias graves para la ella.

“¿Qué diferencia hay entre una pizza y un judío?...que la pizza no grita cuando la meten al horno”, dijo la profesora, provocando un silenció incómodo

Está de demasiado mal gusto su chiste. Sí y se lo digo de verdad como judía, se me hace de demasiado mal gusto su chiste. Asumo mi parte y me voy a retirar de su clase, muchas gracias”, respondió una de las alumnas para después abandonar la clase.

Tras la oleada de críticas en redes sociales, la universidad lamentó lo sucedido y anunció que había despedido a la profesora.

“En esta institución siempre hemos cuidado el respeto a cada individuo independientemente de su religión, orientación sexual u opinión, es por esto que lamentamos mucho el que esto haya sucedido en una de nuestras aulas.”

En el documento, firmado por el rector y director general de la universidad, se lee una disculpa por los “ofensivos comentarios a la comunidad judía”.

Sus ofensivas afirmaciones fueron realizadas a título personal y no reflejan la postura de CESSA Universidad, ni los valores con los que trabajan dentro de sus aulas”.

Por supuesto no faltaron aquellos que comentaron que “estaba de más despedirla” y que las nuevas generaciones “no aguantan nada”.

Otra polémica se sucitó ésta misma semana cuando conductores del programa “Cuéntamelo Ya” se burlaron de la comunidad trans en plena transmisión.

Internautas denunciaron en redes sociales que los condutores estaban haciendo discursos transfóbicos que fomentan la desinformación e incitan al odio.

En el segmento, la actriz y conductora Maki Soler, comenzó a hacer comentarios desafortunados, haciendo referencia a que hoy en día es muy difícil saber cuando una mujer nació mujer u hombre.

“Oye, es que imagínate, es muy difícil darse cuenta, yo a veces veo y digo, qué guapa mujer, y resulta que no lo es”.

Roberto Romano, quien estaba presente en el panel, mostró incomodidad ante los cuestionamientos y comentarios de la conductora.

La televisora no se pronunció al respecto pero el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (COPRED) compartió en sus redes sociales que habían asistido al programa para hablar de lo sucedido.

“Estamos hoy en @CuentameloYaOf para hablar de la importancia de erradicar los estigmas, acciones y expresiones que reproducen la discriminación hacia las personas trans”

Los discursos se odio se esparcen rápidamente, violentando los derechos humanos y entorpeciendo la lucha por hacer que todos puedan vivir una vida digna.

Por fdefinición, estos “fomenton, promoción o instigación del odio, la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas, así como el acoso, descrédito, difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas y la justificación de esas manifestaciones por razones de “raza” , color, ascendencia, origen nacional o étnico, edad, discapacidad, lengua, religión o creencias, sexo, género, identidad de género, orientación sexual y otras características o condición personales.”

El “humor” nunca debería ser a costa del sufrimiento de nadie y es momento de entenderlo.

Utilizar un problema tan grave que nos aqueja actualmente como una herramienta para crear contenido «divertido» no está bien. No se puede justificar con que «es humor negro» o que los seres humanos sobrellevamos los problemas «riéndonos de la desgracia».

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