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Caso de Tomás Gimeno muestra la violencia vicaria, cuando el agresor usa a los hijos para vengarse

El maltratador sabe que dañar, asesinar a los hijos/hijas, es asegurarse que la mujer no se recuperará jamás

violencia vicaria
SOSDESAPARECIDOS España

El caso que ha conmocionado a España y el mundo ha dejado al descubierto la violencia vicaria, un tipo de violencia en el que el agresor utiliza a los hijos para cobrar venganza. 

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Tomás Gimeno usó a sus hijas para vengarse de su exesposa. Luego de enterarse que Beatriz Zimmermann mantenía una relación, Gimeno la amenazó y según las investigaciones realizadas por las autoridades españolas, le dijo que «no volvería a ver a las pequeñas Olivia y Anna». 

El caso del el “monstruo de Tenerife”, como le han llamado en España, evidenció la violencia ejercida a través de los hijos, una práctica que ocurre con frecuencia alrededor del mundo. 

Qué es la violencia vicaria

Según lo publicado por la BBC, la psicóloga clínica Sonia Vaccaro fue quien acuñó el término luego de que se incluyera en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, firmado en España en 2017.

De acuerdo con la especialista, la también llamada violencia por sustitución, se da a manos de hombres violentos que no aceptan ser dejados o contrariados en su afán de control y sometimiento.

El caso de las pequeñas Olivia y Anna es la muestra de cómo el violentador buscar desplazar su ira hacia todo aquello por lo que la mujer siente cariño o apego.

La violencia vicaria tiene muchas caras,  Sonia Vaccaro señala que puede ver en actos como el desprestigio, a través de la publicación de fotos íntimas o amenazas que incluyen dañar a familiares cercanos, por mencionar algunas formas. 

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El maltratador sabe que dañar, asesinar a los hijos/hijas, es asegurarse que la mujer no se recuperará jamás. Es el daño extremo.

La violencia por sustitución se perpetúa porque en muchas ocasiones el padre sigue teniendo poder y derechos jurídicos, lo que le permite continuar con el maltrato. 

Sabe que la amenaza llevará a la víctima a no ejercer acciones legales por miedo a perder a sus hijos o a que sufran algún daño. 

Sin duda, el caso de Tomas Gimeno abre la puerta a una profunda reflexión sobre la violencia que viven las mujeres y que se extiende a los hijos, dejando marcas que en muchos casos son irremediables. 

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