Es probable que muchas de nosotros hayamos tenido la fortuna de crecer en un hogar donde veíamos a nuestro padre ayudar a mamá las tareas del hogar.
Otras por el contrario vimos todo el tiempo a nuestras madres asumiendo el peso total de las tareas de la casa, además de tener que trabajar en la calle durante varias horas al día, alimentando el machismo en nuestros hermanos varones.
La ciencia tiene buenas noticias para las niñas que crecen en hogares donde hay muestras de equidad y los padres se involucran de manera especial en tareas cotidianas como trapear, cocinar, planchar la ropa o lavar, entre otras.
Un estudio abordado por investigadores de la Universidad de British Columbia, en Canadá, lograron hallazgos valiosos en este ámbito.
La muestra del estudio abarcó a más de 300 niños con edades entre los 7 y 13 años.
De acuerdo a la investigadora principal, Alyssa Croft, tras el estudio se pudo concluir que las niñas que crecen viendo a sus padres compartir las tareas domésticas de manera equitativa crecen con objetivos más amplios en cuanto a las carreras que van a elegir cuando sean adultas.
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“La forma en que los padres tratan sus trabajos domésticos parece jugar un papel importante”, remarcó.
Este estudio deja en evidencia que lo que veamos en nuestros primeros años marcará de modo ineludible nuestra adultez. Crecer con padres que apuestas a la equidad nos convertirá en mujeres más seguras y menos atadas a los complejos de género, logrando ser más exitosas y mejor pagadas en cualquier carrera.