Ayer fue el sepelio de Marianita Granja, de 68 años, asesinada el sábado pasado. Entre sollozos, y mucho dolor la despidieron dejando en alto su nombre y gran corazón por la labor que hacía con niños enfermos de cáncer que atendía en la fundación Cecilia Rivadeneira.
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Wilson Merino, director de la Fundación, recordó que ella tenía el gran sueño de lograr que todos los hospitales de niños tengan bibliotecas móviles.
«Impulsaba el arte y la lectura entre los menores. Debe estar en paz allá arriba porque trabajó con familias y visitaba hospitales de niños enfermos de cáncer. Su trabajo de 15 años fue admirable y les acompañaba en sus terapias. Inmortalizaremos su nombre en la biblioteca de nuestra Fundación», contó.

Fue madre de cuatro hijos y estaba a punto de viajar con su amiga a la Patagonia. Su hermana, Mónica Granja, destaca la buena actitud que le ponía a sus acciones y labores.
«No se trata de atacar en redes sociales porque recordamos a una persona específica que murió en manos de la delincuencia, esto nos puede pasar a todos. Es un momento para llamar a las autoridades que vigilen por nuestra seguridad, hoy fue mi hermana, mañana puede ser cualquier ciudadano. Hagamos conciencia del miedo con el que vivimos», enfatiza Mónica.

Ayer se convocó a un plantón con flores y velas para pedir mayor seguridad y control por parte de las autoridades. Los ciudadanos se agruparon en la Avenida Amazonas y Naciones Unidas, en el lugar donde Marianita fue asesinada con dos disparos de un ciudadano extranjero.
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En redes sociales circulan otras convocatorias para este mes y sus fotos también se han hecho eco de toda su labor y su gran corazón por su trabajo con niños enfermos de cáncer.
Según la Policía, el victimario cumplirá una condena de hasta 26 años de cárcel por el crimen y se tramitaría la expulsión del país por pedido de Fiscalía.
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