El sentido único de la vida, según muchas culturas del planeta, es preservar la especie humana y buscar los mejores candidatos o candidatas para tener hijos y la futura generación del planeta. Palabras más y palabras menos el fin último es “dejar progenie”.
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Y entonces cuando alguien decide no hacerlo, tener hijos, algo nos desconecta. Así lo comprobó la profesora de psicología Leslie Ashburn-Nardo, de la Indiana University-Purdue University Indianapolis.
La profesora Ashburn-Nardo reunió a 197 estudiantes de psicología para el estudio. A ellos se les decía que el experimento tenía que ver con la intuición de las personas y cómo se veían en el futuro, además de dar su opinión sobre las personas que no desean tener hijos.
Los investigadores estudiaron si los participantes sentían desaprobación, enojo, indignación, molestia o disgusto hacia el tema de las personas que no desean tener hijos o no les interesaba procrear con el paso del tiempo.
Buena parte de los participantes dieron su opinión que sobre las personas que no deseaban tener hijos y aseguraron que eso les causaba “significativamente mayor indignación moral”.
Para Ashburn-Nardo, el estudio evidencia que no tener hijos no solo está visto como atípico, sino mal también.
Por otro lado, no solo a las mujeres son estigmatizadas por esto, sino también los hombres, según la investigación.
