Una joven falleció a los 25 años por intentar adelgazar tomando batidos, luego de tener a su bebé.
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Meegan Hefford se preocupó tanto por tener una diminuta cinturita que se obsesionó con consumir proteínas para rebajar, y lo hizo en exceso.
La chica sufrió una muerte cerebral, pues tenía el ciclo de la urea, que es el exceso de amoníaco en la sangre por la cantidad tan alta de proteínas, por lo que el amoníaco llegó a su cerebro, según explicaron los doctores.
Esta es la historia de Meegan
La joven quedó embarazada a los 18 años, y al convertirse en madre se volvió adicta al mundo fitness, algo que su familia veía como positivo y admirable.
Pero, todo cambió cuando nació su segundo hijo y la depresión posparto la afectó. Los médicos la medicaron, pero los medicamentos la hicieron aumentar de peso y esto la deprimió mucho más.
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De inmediato volvió al gimnasio, no faltaba ni un solo día, y poco a poco fue recuperando su peso. Pero, de repente comenzó a querer más y entró a competencias de físicoculturismo, llevando una estricta dieta y batido de proteínas diario.
Sin embargo, un día su mamá notó que sus manos se ponían temblorosas luego de tomar el batido, y se lo comentó a Meegan, pero ella no le prestó atención.
Los cambios en la joven comenzaron a notarse, y es que se sentía tan cansada, que por primera vez dejaba de ir al gimnasio, hasta que un día su cerebro no aguantó más y su madre recibió la fatal llamada.
«Su hija se ha derrumbado y la encontraron inconsciente», dijo el paramédico a la madre, y cuando llegó al hospital se enteró de lo peor.
“Meegan tiene actividad cerebral limitada. Me temo que hay muy pocas posibilidades de que se recupere”, le dijeron.
Al pasar un día, se declaró de forma oficial que la joven tenía muerte cerebral tras sufrir el ciclo de la urea. Los médicos alertaron que las dietas estrictas y muchos batidos de proteínas son fatales.