Brasil comenzó el 2019 estrenando nuevo presidente y una nueva forma de manejar el gobierno, la cual ha sido muy polémica. Esta nueva fase se aleja mucho a la política del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Dio un breve discurso de 10 minutos el cual llamó mucho la atención. Muchos festejaron que su esposa, la primera dama Michelle Bolsonaro, diera un discurso de agradecimiento en lenguaje de señas.
Sin embargo, no todo fue tan inclusivo. Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, manifestó premisas muy alarmantes. Se está aplaudiendo el gesto de Michelle, pero dentro de sus declaraciones están «porque todos los que estuvieron olvidados serán tomados en cuenta, excepto los socialistas y la comunidad LGBTI» (grupos disidentes).
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La crisis en Brasil
El país está pasando un momento muy delicado, y hay mucha desconfianza en sus políticos. Lula de Silva está en prisión, los rumores de un fraude electoral son cada día mayores, y el discurso de Bolsonaro es muy alarmante y ha recibido muchas críticas.
“Vamos a unir al pueblo, valorizar la familia, respetar las religiones y nuestra tradición judeocristiana, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores”.
Llega la ultraderecha, el fin del socialismo, y para los grupos marginados será una difícil época.