En días pasados, Ezra Miller se convirtió en portada para QG y nos dejó completamente obsesionadas. La sesión editorial de la revista, tomada por Yoshiyuki Matsumura y diseñada por Mobolaji Dawodu, presenta a Ezra rompiendo las expectativas de género y luciendo más sexy que nunca.
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Con Ezra ataviado en ropa de mujer y varios tonos de lápiz labial, el lanzamiento fue un ejemplo refrescante de lo que es la expresión de género «queer» y le dio a Ezra espacio para su personalidad extravagante y «fluida».
«Me siento cómodo con todos los pronombres», expresó el actor. Pero ésta no es la primera vez que Miller se muestra abiertamente a favor del maquillaje y los zapatos altos. Lo ha hecho en varias ocasiones, atreviéndose a usar lentejuelas, estolas, plumas y todo lo que defina su identidad «queer» que tanto defiende.
El maquillaje de Ezra ha servido de ejemplo en la batalla por romper con las normas de género, deshacerse de los estigmas sociales y acabar con las barreras entre lo que «debe ser» y lo que «quieres» ser.
Desde sus orígenes, el colectivo LGBTQI se ha ido transformando, ampliando y adquiriendo complejidad a medida que más personas han ido reclamando orientaciones sexuales e identidades de género distintas.
«Queer» no es un término que sea universalmente reconocido y comprendido en la lengua común pero puede usarse para describir la orientación sexual de una persona o bien ser una declaración política. Su definición tiene muchas dimensiones, desde la identificación de género hasta una resistencia contra la rigidez estructural por ello, adquiere significados diferentes para cada persona que se describe como tal.
Ser queer es ante todo un estado de ánimo, una cosmovisión caracterizada por la aceptación, a través de la cual se validan todas las formas únicas y no convencionales en que los individuos se expresan, específicamente con respecto al género y la orientación sexual.
Es reconocer un infinito de identidades complejas y «fluidas» que existen fuera de las categorías impuestas por la sociedad . Ezra se ha convertido en una especie de embajador Queer, demostrando que quienes se definen en esta categoría tienen derecho a ser ellos mismos y expresarse sin ser juzgados u odiados. Él mismo dice que no encaja con lo que es «normal» y por eso mismo lo desafía, porque para él es más divertido ser lo que quiera ser, cuando quiera serlo.
Pero «ser raro» no significa ser extravagante o alocado, sino dejar de pensar en «masculino» o «femenino», «gay» o «heterosexual», «monógamo» o «no monógamo» como únicas opciones, porque un queer, piensa en BINARIOS, es decir, que cree que hay más de dos lados en cada persona.
Ser queer no es lo mismo que ser gay, ni tampoco pansexual o bisexual o transgénero. Es ser consciente y estar de acuerdo con el hecho de que tu identidad y sexualidad está siempre en movimiento, nunca estática ni estancada en una categoría. Ser queer significa eliminar el género por completo, porque adoptar una sola identidad porque la sociedad así lo dicta, es limitar tu expresión.