Trystan Reese fue el primer hombre capaz de embarazarse y tener a un bebé sano que cautivó la atención del público al darse a conocer su historia. De acuerdo con Trystan, su caso no se trató de ningún milagro de la ciencia, sino de su condición como hombre trangénero.
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Trystan describe en una publicación de Huffington Post su realización de que era un hombre transgénero como la mejor noticia.
«Me di cuenta de que era un hombre gay atrapado en el cuerpo de una mujer y esto fue la mejor noticia, por que significaba que había una solución a este problema y que podía vivir y continuar con mi transición y ser feliz, así que eso hice.»
A pesar de decidir tomar tratamiento de hormonas, Trystan decidió no someterse a ningún procedimiento quirúrgico y posteriormente conoció a su pareja, Biff un hombre gay que había quedado a cargo de sus dos sobrinos cuando su hermana no pudo continuar cuidando de ellos.

Aunque ambos se hicieron cargo de los sobrinos de Biff y los adoptaron de manera permanente, Trystan tenía el deseo de tener un hijo más, así que dejó de tomar su tratamiento hormonal y con la ayuda de un médico pudo embarazarse.
Entonces la pareja decidió compartir su historia ante los medios para visibilizar a las personas transgénero que deciden ser padres de esta manera, sin embargo esto desató miles de criticas en su contra.
«Recibía miles de mensajes en Facebook de personas que me decían que no era un hombre de verdad, que era una mujer y que iba a dar a luz a un monstruo, incluso una mujer me envió en mensaje que decía: «Espero que tu bebé nazca muerto, por que estaría mejor que contigo.»
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A pesar de haber vivido varios años como hombre transexual y haber enfrentado criticas antes, los ataques en contra de su bebé comenzaron a quitarle el sueño.
«Comencé a tener pesadillas en las que daba a luz a un monstruo.»
Trystan continuó con su embarazo al final tuvo un parto normal y a un bebé sano, posteriormente continuó compartiendo su experiencia y luchando por los derechos de las personas transgénero.
«Cuando lo vi por primera vez y tenía diez dedos, cabello negro y rizado como el mío y me di cuenta de que podría haber sido un monstruo, podría haber tenido dos cabezas, una cola y lo habría amado del mismo modo, hubiera seguido siendo perfecto para mi.»
