Dua Lipa nació en Londres el 22 de agosto de 1995, lejos del hogar de sus antepasados. Su papá,Dukagjin Lipa, integraba la famosa banda de rock Kosovar Oda cuando decidió emigrar a Reino Unido, junto a esposa Anesa, buscando futuro tras la desoladora guerra de la antigua Yugoslavia.
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Veinte años después vieron el fruto de su decisión en el éxito mundial de su hija mayor, Dua, quien impuso su sencillo Be the One en las primeras veinte posiciones en las listas de éxitos en Europa y Australia.
Apenas tres años después del nacimiento de la también modelo, Dukagjin abandonó su carrera como rockero y dedicó al marketing en la industria musical. Nunca se alejó de su pasión, la volcó en su hija que desde pequeña mostró su talento.
Papá soñador
De vuelta
Al culminar la guerra y alcanzar Kosovo su independencia, el músico y empresario llevó de vuelta a su familia a su barrio Sunny Hill, en Pristina. Dua tenía once años, ya había terminado la primaria y su adaptación fue poco traumática porque ya dominaba el idioma y por la conexión que sintió con la ciudad.
Tal amor siente la cantante por Pristina, que creó una fundación llamada Sunny Hill, para apoyar a miles de jóvenes y para recolectar los fondos instauró un festival, que este año recaudó 100 mil euros para organizaciones benéficas.
“Gracias desde el fondo de nuestro corazón por toda su ayuda y espero que este sea el comienzo de un trabajo de larga vida para el futuro del arte, la cultura y la juventud de Kosovo”, escribió Dua en sus redes al entregar la donación.
Reconocida
Ser una mega estrella de la música le vale muchos premios, pero la intérprete de New Rules lleva en su corazón la entrega de las llaves de Pristina, que le valió por todo el trabajo realizado a través de su fundación.
También este año la versión británica de la revista Vogue la incluyó en la lista de mujeres influyentes, lo que consideró todo un honor. Un final feliz para una celebridad que brilla con luz propia y cuyo origen nos da una lección de humanidad.