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Un estudio asegura que dormir mal aumenta el sentimiento de soledad

El estudio resume a personas con padecimientos de aislamiento social con mayor riesgo de muerte prematura, obesidad, enfermedades cardiovasculares, alcoholismo y suicidio.

Dormir mal por las noches siempre ha tenido consecuencias tales como déficit de atención o sensación de cansancio extremo. Esto repercute normalmente en el rendimiento laboral y académico, produciendo ansiedad, depresión, entre otros problemas.

Según un estudio de la Universidad Berkeley, en Estados Unidos, publicado en la revista ‘Nature Communications‘, indica que la falta de sueño y la soledad van de la mano, pues dormir mal da una sensación de soledad incluso con tan solo una noche de mal sueño.

El aislamiento social es un aspecto fundamental muy importante en el comportamiento del ser humano, aumenta el riesgo de mortalidad, desarrollo de afecciones mentales y problemas de salud física. La investigación arroja que un mal descanso tiende a ser el ‘enemigo social‘.

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El estudio, realizado por Eti Ben Simon explica que un mal descanso genera hipersensibilidad en la región neurológica que envía señales al cerebro sobre la cercanía humana y disfraza la comprensión de la cercanía de la persona.

«Tal vez no sea una coincidencia que en las últimas décadas se haya observado un marcado aumento de la soledad y disminución igualmente dramática en la duración del sueño. Sin dormir lo suficiente nos convertimos en (personas que tienen al) desvío social, y la soledad pronto aparece» afirmó Eti Ben Simon, becario postdoctoral en el Centro de Ciencias del Sueño en Walker en UC Berkeley.

El estudio resume a personas con padecimientos de aislamiento social con mayor riesgo de muerte prematura, obesidad, enfermedades cardiovasculares, alcoholismo y suicidio. De acuerdo al estudio, el ser humano evolucionó para no estar solo, el desarrollo social y el bienestar de debe a un entorno social estable y sano.

Las pruebas contaron con la participación de 18 adultos (de 18 a 24 años). Los participantes se abstuvieron de tomar cafeína o alcohol durante 72 horas para cada sesión del estudio, se monitoreó el ritmo habitual de sueño y de vigilia durante tres noches previas al estudio. Se excluyeron personas con trastornos de sueño, trastornos neurológicos, trastornos psiquiátricos del Eje 1 y lesiones de cráneo cerradas.

La duración del sueño de los participantes varió de 7 a 9 horas, de acuerdo a datos obtenidos mediante actigrafía. Este diseño sirvió para minimizar los factores relacionados con el rendimiento social con la soledad, (edad, sexo, nivel socioeconómico y estado laboral).

 

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