Actualidad

Tutina: Adiós a la mejor primera dama que hemos tenido

Ha sido, en términos de comunicación, la mejor en su cargo.

 

Primera Dama. Para muchos – como Lina Moreno de Uribe en su día*– simboliza un papel anacrónico en el que la esposa de un político solamente es una muñeca de porcelana que muestra vestidos bonitos y compra cosas caras y aparece en eventos de caridad. Pero viendo la historia colombiana, es más que eso.

Podría citar lo que hicieron Soledad Román, esposa del ultragodísimo Rafael Núñez, cuando asumió el poder por él de manera temporal, o lo que hizo Bertha Hernández de Ospina, al asumir la defensa del palacio en el 9 de abril y al conspirar contra Laureano Gómez. También lo que hicieron Ana Milena Trujillo y Nohra de Pastrana, que más allá de sus trajes Dior, creó la Red de Gestores Sociales que luego la misma Lina, esa que detestaba el título por pomposo, transformó para convertirlo en un trabajo de responsabilidad social.

Recomendados

Primera Dama es un término problemático e incluso insignificante para muchas (como Eleanor Roosevelt), pero que otras personificaron siendo modelos a seguir (como Jackie Kennedy) y que otras transformaron (como Nancy Reagan y Michelle Obama). Llámese como se llame, la mujer que está al lado de un primer mandatario siempre será, como en tiempos de monarquías, una figura representativa. Una a la que se han opuesto por esa imagen inmutable, casi inmaculada que daban las reinas de antaño y que contradice tanto al papel activo que las mujeres también pueden hacer.

Pero ¿y si las dos cosas no se excluyen? ¿Y si lo que se ponen se deja de ver como algo «superficial»  y también se comienza a valorar como parte de un mensaje político? ¿Y si esto no aminora la gestión de una primera dama como la de Colombia actualmente?

Quizás, todo eso, hasta ahora, lo ha encarnado a la perfección Tutina de Santos.

Tal vez, María Juliana Ruiz – quien tiene una carrera brillante- enfoque sus esfuerzos simbólicos en otras áreas. Pero a Tutina le agradecemos que supo ver la moda más allá de la frivolidad y literalidad y le dio el espacio que se le da hoy globalmente: una forma de expresión poderosa que trae detrás miles de historias.

Las otras tal vez también cambiaron el papel de esposa trofeo (o no) para enarbolar roles que no estuvieron siquiera definidos desde 1994, fecha en la que se definió «» de alguna manera su rol **. Muchas fueron recordadas por su elegancia, pero ninguna ha comunicado, como «Tutina», a través de sus estilismos y labor, cómo se conjuga el papel de una primera dama en los tiempos digitales, donde cuenta tanto la representación como la acción y a veces son indisolubles (pregúntenles a Michelle y a Melania, por ejemplo***).

Más allá de sus «levantadoras de baño»**** Tutina mostró que podía encarnar perfectamente las políticas de su marido y también mostrar el boom creativo de una industria que ha tenido muchos avatares en los últimos años, pero que hace parte importante de la economía nacional y que también genera empleo. Y que sobre todo, es tan importante como el arte y otras manifestaciones culturales de una nación. Varias marcas nacionales y looks fueron elogiados alrededor del mundo mientras ella mostraba el talento colombiano, en el que hay detrás miles de personas haciendo labores específicas. Claro, todo eso lucido con un garbo insuperable.

Quizás no haya otra como ella en el futuro próximo o asuma esa representatividad que nos puso al nivel de primeras damas como Michelle Obama, que combinaron gobierno, imagen y moda con maestría. Tal vez, María Juliana Ruiz – quien tiene una carrera brillante- enfoque sus esfuerzos simbólicos en otras áreas.  Y sí, quizás Tutina encarne esa representatividad estandarizada de la moda, pero al menos le agradecemos que supo ver la moda más allá de la frivolidad y literalidad y le dio el espacio que se le da hoy globalmente: una forma de expresión poderosa que trae detrás miles de historias. Que va más allá de una imagen sin juzgarla, sino leyéndola a través de sus matices y su emocionalidad. Y que sabe que en política, en la era digital, el medio, más que nunca, es el mensaje.

*En 2004, se dio a conocer que Lina Moreno de Uribe rechazó el título y se enfocó en darle un papel más profesional a todas las primeras damas que eran esposas de cargos públicos. De hecho, impulsó un diplomado de capacitación de 122 horas para gestionar proyectos.

** Según el concepto jurídico de la Corte Constitucional, expedido el 10 de septiembre de 1994, “la Primera Dama de la Nación ostenta la calidad del ciudadano particular frente a la administración pública”, aunque también tiene una connotación especial, como es que de acuerdo con el artículo 188 de la Constitución, “encarna simbólicamente, junto con el Presidente de la República, la unidad nacional”. Algo bastante laxo a la hora de definir las funciones específicas de una primera Dama.

*** Eso lo explicamos en este artículo, porque lo que se ponen los líderes y sus esposas sí importa y ha importado. 

**** Más claramente los vestidos kimono tendencia que han impuesto Johanna Ortíz y Gucci en los últimos años y que son juzgados ligeramente por la gente.

TE RECOMENDAMOS EN VIDEO

Tags

Lo Último


Te recomendamos