Actualidad

Opinión: La primera vicepresidenta mujer a mí no me representa

Ella representa todo lo que el feminismo ha querido derrocar.

Cuál alegría porque alguien que llegue a un cargo público sea mujer ¿Cuál? Que uno nazca mujer y que por eso se gane un escaño por solo serlo ni siquiera es motivo de orgullo. Más cuando existen -y han existido- mujeres con ideas nefastas en el poder y que, precisamente, atentan contra su propio género o las minorías. Que Ángela Merkel es una mujer, y también Erzebeth Báthory, quien bebía la sangre de jovencitas. También lo fue Margaret Thatcher, por la que la Inglaterra minera protestó tanto y también lo es la primera ministra de Islandia, una mujer de izquierda. Acá no importa el género, importan son las ideas. Y si tus ideas van en retroceso por cincuenta años, ¿qué hay que celebrar?

Lo que más recuerdo de Martha Lucía Ramírez es lo que hizo en Venezuela para su campaña, por ejemplo. Usar a Venezuela, su miseria, para ganar adeptos y por la que se ganó tantos y merecidos memes. También recuerdo muy bien lo que dijo de los jóvenes, a los que necesita como soldados. Hey, yo he vivido eso. Alguien muy cercano está ahí. Y solo me produce pavor ver a muchachos como él, apenas inexpertos en eso de la guerra que quieren perpetuar, como carne de cañón. Porque para eso sirven los jóvenes, ¿verdad?

También recuerdo otro gran hit de la nueva vicepresidenta en el debate de vices. De hecho sus posturas ante las parejas gays que quieren adoptar. Claro, es que es mejor «un papá y una mamá» que una pareja homoparental, que también puede criar hijos perfectamente normales, ¿verdad? Discriminación pura y dura.

Recomendados

No, no creo que Martha Lucía Ramírez quiera empoderarnos a nosotras de ninguna manera. No creo que lo haga por sí misma (ya sabemos lo que piensa) y menos ayudada de quienes le rodean, la recua de intolerantes, homofóbicos y corruptos más grandes de este país. Tampoco podría creerle una sola palabra, porque todo esto – y la infame Operación Orión que ella comandó- pesan más en contra que la alegría simple de tener a una mujer en el poder. Es una mujer, sí, pero una de esas tantas nefastas, que por lo menos a mí no me representa.

¿Qué hay que celebrar con una mujer en el poder que tiene ideas de 50 años de retraso? 

Ya sé:  me van a salir con la gran carreta de que respete su trayectoria, «pura envidia», deje el «drama», bla, bla, bla. Pero les recuerdo que gracias a mujeres totalmente opuestas a ella, con ideas incluyentes y arriesgándose contra la gente que ella representa en principio, fue que muchas como ella lograron estudiar, avanzar, luchar como leonas en un mundo de hombres. Que las mujeres tuvieron derechos ciudadanos y pudieron incluso ser políticas y ser tenidas en cuenta precisamente a mujeres que no son como ella. Y eso es más un logro que el cargo que ella misma pueda alcanzar.

Solo espero que Martha Lucía Ramírez me quite el escepticismo, pero esto es la política y francamente, luego de lo que hicieron Fajardo y De la Calle (las más grandes decepciones de esta campaña), no creo en nadie. Espero, eso sí, que respete a las mujeres que iniciamos #LaResistencia y que no seamos los próximos falsos positivos de este gobierno que comienza.

**Aclaramos que las opiniones de la columnista no son las de este portal**

TE RECOMENDAMOS EN VIDEO 

 

Tags

Lo Último


Te recomendamos