El caso de Sarita, una pequeña de 4 años que solo conoció el dolor en este mundo, conmovió a todo el mundo. La menor fue torturada por un año entero y abusada sexualmente.
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En una transmisión en vivo, la periodista de Noticias Caracol Máryuri Trujillo se conmovió al relatar lo que la niña vivió. Por lo tanto su voz se quebró a la mitad del informe sin poder evitar indignarse ante lo acontecido.
La noticia que presentaba era sobre la condena que emitió el juez contra los padrinos de la menor (Ángela Johana Guerra y Edilberto Rojas Torres). Ellos fueron los responsables de torturarla y asesinarla.
La periodista casi rompe en llanto
“Lo que se conoció ayer [lunes] en este juicio realmente… es lamente”. Fue lo que dijo antes de que el llanto casi acudirá a ella. Sin embargo, logró contenerse y con la voz aún quebrada informó:
“Me quedo con lo que dice la Procuradora de este caso y es: ‘No quedó un espacio en el cuerpo de Sarita que no fuera atacado’, y lo que dijo el fiscal: ‘Lo que sucedió con Sarita fue escabroso, fue brutal’. Las lesiones que sufrió esta niña fue quizás uno de los casos más aberrantes que se han presentado en el país”.
Sarita sufrió más de un año
Con dificultad la periodista, con los ojos llorosos, continuó relatando las graves lesiones que la pequeña padeció.
“Sarita tenía más de tres fracturas en su cuerpo y las torturas que vivió durante más de un año quedaron evidenciadas con su fallecimiento”.
¿Qué sucedió?
La pequeña Sara Salazar fue torturada, violada y asesinada en una finca del municipio de Guayabal Armero (Tolima) al quedar al cuidado de sus padrinos.
Sus agresores intentaron decir que la pequeña había tenido un accidente pero el fiscal reveló en el juicio. :
“La muerte de Sara fue un acto absolutamente violento. Ejecutado por una persona que siendo de condiciones físicas altamente superiores a las que tenía la niña podía producir ese resultado, Ángela Johana Guerra”.
El caso llegó a indignar a todos. El funcionario judicial no pudo contener su enojo y expresó:
“Lo calificamos y lo reiteramos como detestable, como reprochable y, si se nos permite, absolutamente asqueroso, señor juez”.
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