ESTADOS UNIDOS.- Una mujer trotaba en el bosque de Altadena junto a sus perros cuando éstos comenzaron a arañar la tierra en forma insistente.
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Al acercarse descubrió que dos pequeños pies se movían desesperadamente en una tumba de poca profundidad.
Era un recién nacido el que luchaba por su vida y quien había sido sepultado estando todavía vivo. Todavía conservaba su cordón umbilical y se estaba ahogando con la tierra que le cubría sus ojos y nariz
La historia sucedió hace veinte años y la mujer recuerda como en su manta el pequeño se aferra a la vida. Mientras escarbaba el bebé dejó de llorar y tomó su muñeca. Lo llevaron al Hospital Huntington Memorial de Pasadena quienes lograron salvar su vida. Una familia lo adoptó y nombró Mathew Whitaker.
La mujer intentó localizarlo en varias ocasiones sin éxito. Ese momento cambió su vida por completo y se dedicó a ayudar huérfanos y madres solteras.
20 años después se conocen
Milanian, la salvadora, y Mathew se han reunido 20 años después. La mujer lloró por el encuentro y juntos se trasladaron al lugar en donde ella le salvó la vida.
“La temperatura corporal de Whitaker había descendido a 80 grados, y cuando llegó al hospital, fue inmediatamente tratado por hipotermia severa. Los médicos creían que el tamaño del niño (pesaba siete libras y 11 onzas fue lo que le permitió sobrevivir”
La mujer soñaba con reencontrarlo pero las circunstancias se lo habían impedido. Ahora se han vuelto a reunir.