Una salida común y corriente de Rodrigo Isla con su hijo de tan solo 6 años se tornó en un episodio lamentable para todos. Cuando padre e hijo visitaban un supermercado en la localidad de Temuco, en su natal Chile, en algún momento del recorrido el niño avisó al padre que era momento de ir al baño. Una vez allí y debido a la independencia del niño, el padre permitió que el niño accediera a un cubículo solo mientras el padre vigilaba la puerta.
Todo marchaba con normalidad, cuando de repente, un hombre de aspecto desaliñado y presuntamente ebrio accedió al baño público, con mirada perdida hizo señas al padre de que quería entrar al cubilo que el tapaba, el padre en un tono calmado pero alerta le avisó al sujeto que el cubículo estaba ocupado, hasta allí todo parecía inofensivo, el padre continuó de guardia. Pero en un segundo de descuido, todo cambió, el sujeto ingresó al cubículo siguiente y empezó a grabar al menor con su celular. El niño se alarmó y el padre de inmediato actuó en defensa de su pequeño.
Sacó al hombre a golpes del vehículo y decidió quitarle el teléfono entre golpes, insultos y forcejeos, aunque el ambiente era ya violento, el padre alcanzó a ver que el sujeto tenía un dispositivo de rastreo en su tobillera que indicaba su estado penal. Ante el alboroto, las autoridades llegaron a la escena y sin mediar palabras se llevaron a ambos hombres detenidos, tanto al acosador como al padre. No hubo oportunidad de explicar y el padre terminó preso con el delincuente, un proceso humillante ante un escenario tan delicado con el menor, el padre presentó su queja antes las autoridades y los medios locales.
