Una madre subrogada fue el método que utilizaron unos abuelos en China para evitar la desaparición de su familia.
Esta curiosa historia familiar inicia en el 2013 cuando Shen Jie y Liu Xi murieron en un accidente automovilístico.
Poco antes de su trágica muerte, los esposos se habían sometido a un tratamiento de fertilización in Vitro al no poder ser padres de manera natural.
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Según el reporte de The New York Times, cinco días antes del fatal accidente era la fecha programada para la fecundación de los embriones.
Luego de la muerte de Shen y Liu empezó la batalla de los abuelos, ya que ambos eran hijos únicos, su descendencia terminaba con ellos.
Ellos se aferraron a la esperanza de tener un nieto a través de los cuatro embriones congelados dejados por sus hijos.
Pero el sueño de continuar el árbol familiar, no era tarea sencilla, ya que en China la gestación subrogada no es legal.
Un largo camino
Muchas fueron las visitas al Hospital de Nanjing, donde se encontraban los embriones, donde no fueron recibidos muchas veces.
Y allí comenzó la batalla legal. Luego de varios intentos una corte de Wuxi les dio esperanza.
“El único portador de la sangre de ambas familias lleva la carga de sus recuerdos tristes y del consuelo” reza la sentencia.
Los hospitales chinos no permiten la trasferencia de embriones a individuos, por lo que los abuelos contrataron una agencia de fertilización en Laos, un país vecino.
En diciembre de 2016 los embriones fueron transferido a la agencia y luego a una madre subrogante de 27 años de nacionalidad laosiana.
Pero era importante para la familia que el niño tuviese la nacionalidad china, así que la mujer dio a luz en territorio chino donde ingresó como turista.
Final Feliz
El bebé nació el pasado 9 de diciembre y lleva el nombre de Tiantian o “dulce dulce” y es un ciudadano chino.
Actualmente vive con sus abuelos paternos y su familia materna lo visita cada día.
Ambas familias encuentran consuelo y alegría en el bebe que dicen se parece a ambos padres.
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