El ataque a Selene Hernández en Reforma 222 conmocionó a México porque evidenció un mal del que hace muchos años viene carcomiendo a la sociedad: la violencia de género.
A través de redes sociales se ha levantado un debate pues cuando se dio a conocer la noticia se mencionó era un crimen pasional, hoy se sabe que fue un feminicidio.
El agresor, identificado como Oscar Alejandro, está grave en el hospital. Después de herir a su expareja se disparó en la cara, provocándose heridas graves. De salir con vida, deberá enfrentar una pena de 70 años, según diarios de circulación nacional.
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Esta tarde, Edmundo Garrido Osorio, procurador general de justicia de la Ciudad de México,»el feminicida que privó de la vida tiene antecedentes penales por robo, es uno de 2002 por el delito de robo en el Reclusorio Sur y otro de 2012 en el Reclusorio Oriente también por el delito de robo. El arma es una .380 súper, es automática y definitivamente no tiene portación de arma por sus antecedentes».
No fue por puta, fue por el odio hacia las mujeres
Antes de morir Selene dijo a las autoridades que su pareja sentimental la había amenazado con quitarle la custodia de su hija. Luego de dispararle, Oscar intentó suicidarse, dejó una carta en la que se puede leer: