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Así es como se fabrican los robots sexuales

La empresa que inició realizando maniquíes descubrió un sector desatendido

En el suburbio de San Marcos, muy cerca de la localidad de San Diego en California, Estados Unidos, está ubicado bajo tierra el taller de la marca Abyss, pioneros en la fabricación de muñecas en tamaño real, aunque muchos lo ubican en la categoría de robots sexuales, prefieren definirse como figuras anatómicas realistas o como se conocen en el mercado «Realdoll».

El éxito de la marca ha sido la personalización, atienden los requerimientos individuales de sus clientes buscando complacerlos en su mayoría. Existen también las versiones masculinas, así como las proporciones, tono de piel, color de cabello, de ojos y cualquier rasgo que el cliente requiera, son complacidos al pie de la letra, claro, esto requiere un lapso de tiempo que en casos muy específicos puede tardar un año. Los destinos de envío pueden abarcar cualquier rincón del planeta.

El representante de la marca, Matt McMullen, relato como ha sido la experiencia con su proyecto Abyss:

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“Un día la gente empezó a contactarme gente para preguntarme si los maniquíes que fabricaba eran anatómicamente correctos. Decidí que esa era la dirección del negocio. Deje mi trabajo y monté mi empresa. No me gusta llamarlos juguetes sexuales, son realmente acompañantes, mi meta próxima es darles personalidad, poder crear la ilusión de la vida”.

El próximo paso para la marca se trata de un avanza máximo en tecnología, la primera cabeza compatible con el resto de los cuerpos que puede tener gestos fáciles, movimiento e ilusión de voz, realizará preguntas y buscará mantener conversaciones con el usuario, será éste el responsable de asignarle una personalidad a través de una aplicación.

El costo inicial de la cabeza adaptable será de $8000 mientras que los cuerpos genéricos oscilan entre $3000 y $4000. El creador de la marca reveló que siente que hay que aprovechar el momento que vivimos donde ya la inteligencia artificial forma parte de nuestras vidas y muchas son de gran utilidad para conocer el clima o conseguir transporte, el problema que se atacará con los Realdolls será la soledad, su postura a las diferentes teorpías sobre los robots las responde de la siguiente manera:

“La inteligencia artificial puede ser peligrosa si le damos control sobre los recursos militares, por ejemplo. Si le das el poder de hacer daño a la gente. El Ejército puede ser peligroso, no esto. Esta chica no le va a hacer daño a nadie. Estaremos bien si seguimos las tres reglas de Isaac Asimov sobre los robots: 1. Un robot no puede dañar a un humano. 2. Un robot debe obedecer a los humanos excepto para infringir la primera regla. 3. Un robot debe proteger su existencia siempre que eso no infrinja las dos reglas anteriores».

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