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Puntos claves que dejaron en evidencia a la asesina del pequeño de 8 años

El caso mantiene en asombro a la comunidad española e internacional por el vil asesinato

Millones de ciudadanos españoles y del mundo entero no logran salir del asombro por el terrible desenlace del caso del niño Gabriel Cruz, quien tras varios días desaparecido fue encontrado muerto en el carro de su madrastra Ana Julia Quezada.

La Guardia Civil de España ha orquestado un importante dispositivo de búsqueda del pequeño Gabriel Cruz desde el día uno de su desaparición, el pasado 27 de febrero en la localidad de Las Hortichuelas de Níjar, Almería. El diario El Mundo ha diagramado y relatado cronológicamente los hechos, según declaraciones del Teniente Coronel Jefe Accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, José Hernández Mosquera.

La ‘Operación Nemo’, en honor al pequeño Gabriel, duró 12 días y contó con el trabajo de más de cinco mil personas; más de tres mil voluntarios y dos mil funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado. Según Hernández Mosquera, el dispositivo más amplio que se ha activado en los últimos tiempos.

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Siempre contaron y trabajaron con la intención de encontrar con vida al pequeño Gabriel, pero jamás descuidaron todos los cabos sueltos del caso, y quien mayores indicios mostraba era Ana Julia Quezada, la dominicana de 41 años, pareja del padre de Gabriel.

Durante la investigación trabajaron con dos protagonistas. El niño Gabriel descrito como «educado, amoroso y respetuoso» y su madrastra Ana Julia, a quien perciben como «manipuladora, obsesiva, egocéntrica, de una frialdad máxima y con cierta ambición económica«.

Estos son algunos de los puntos clave que se desprenden de las declaraciones de Hernández Mosquera

La camiseta

Ya las alarmas estaban encendidas sobre Ana Julia, pero un error, quizá el más importante luego de asesinar a Gabriel, fue haber protagonizado el encuentro de una camiseta blanca del niño.  Ella misma propone a su pareja Ángel salir a buscar solos en el área. Curiosamente ella encuentra la camisa en un área que ya había peinada por los cuerpos de seguridad.

Consideran las autoridades que el gesto de la camiseta fue un guiño a Ángel. «Decía que le quería y así le daba esperanzas», comenta Hernández Mosquera.

«La encuentra a una distancia unos cuatro kilómetros de Las Hortichuelas. Tiene que pasar un terreno, llegar a Las Negras e introducirse en un barranco. Y la encuentra ahí. Hay que reseñar que es ella la que le dice a Ángel ‘vamos a buscar por esa zona’, y lo encuentra ella y no Ángel. Su pareja está próximo pero no en el momento que la encuentra», ha explicado el Teniente Coronel.

Las incongruencias de Ana Julia

Las autoridades señalan que Ana Julia Quezada siempre mantuvo actitudes incongruentes. En ocasiones hacía comentarios inadecuados o fuera de contexto. Su personalidad fría y egocéntrica era un punto que llamaba la atención sobre ella. Sin contar con el pasado oscuro que escondía.  No en vano, las autoridades siempre la tuvieron como un hito de estudio en la ‘Operación Nemo’, pero esperaban que los llevara al niño con vida, no a su cadáver.

«Durante toda la investigación íbamos acumulando incongruencias y movimientos extraños como la camiseta, que fue determinante en una zona que ya habíamos buscado”, refiere el Hernández Mosquera.

Los celos

Según Juan Jesús Reina, comandante de la UCO, “Para Ángel, Gabriel (su hijo) era lo más importante y le adoraba”. Esto apunta a que los celos de Ana Julia sobre el niño podrían ser un móvil del vil asesinato, aunque las autoridades aún no ha ofrecido mayores detalles al respecto.

Se suma a las investigaciones

Ana Julia siempre se mostró demasiado atenta  y dispuesta a colaborar con la ‘Operación Nemo’. Elementos que sorprendía a algunos miembros de la familia. Fue de las que en todo momento defendió la tesis de que el pequeño Gabriel estaría vivo. Sus esperanzas alimentaban también las de los agentes de seguridad, que ya la analizaban como sospechosa.

Llamadas perdidas

Hernández Mosquera refirió que en el seno de la familia Ana Julia Quezada decía tener llamadas pérdidas. “llamadas perdidas de teléfonos móviles en poco espacio de tiempo y movimientos extraños con los que va diciendo a la familia qué va a hacer”, dijo durante su declaración

Propone desviar la investigación a otra persona

Ana Julia, fría y calculadora, en ocasiones intentó desviar la atención de la ‘Operación Nemo’. Se sentía acorralada y el apabullamiento de los medios de comunicación la puso en alerta. Es por ello que en algún momento las autoridades desvían el foco sobre ella y es justo cuando se siente en libertad de actuar.

Salida sola

Sintiendo cierta libertad, Ana Julia decide un día salir sola en su vehículo. Probablemente no estaba consciente del amplio cerco de seguridad que se cernía sobre ella.

“Queríamos que cometiera el ultimo error y lo hizo en la mañana del domingo, la pena es que nos llevase a una habitación donde estuviera Gabriel y la pena es donde estaba», dijo el Teniente Hernández.

«El día 11, Ana hace un movimiento. Sale sola, no como en los casos anteriores, se dirige a la vivienda de Rodalquilar. Está sometida a una estrecha vigilancia. Vemos cÓmo saca del jardín unos tablones, unas piedras y un cuerpo que aparentemente es de una persona menuda, que nos puede encajar con Gabriel. Lo mete en el maletero y sale dirección a la localidad de Almería, pasa Almería y llega a Vícar», relató.

En ese momento las autoridades deciden detenerla. Revisan el carro y encuentran en el maletero lo que temían. El cuerpo de Gabriel Cruz, vestido sólo con los calzoncillos.

Las declaraciones del Teniente Coronel culminan con una frase que demuestra la vinculación de este caso que ha roto esquemas: «Cuando vemos que Gabriel no vive es el momento más duro de nuestra carrera profesional y el que no lloró allí, lo hizo en otro momento; es que somos humanos».

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