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¿Está en crisis el amor?

Pareciera ser que estos tiempos son los mejores para estar soltero, aunque el compromiso también puede ser satisfactorio. Las dudas y los miedos al fracaso juega un rol importante en las nuevas relaciones

El amor hoy es un juego de Play Station. No nos dimos cuenta de cuándo fue el momento en que las relaciones pasaron de ser el ideario de vida de las personas, a una cuestión de quita y pon. La tecnología, la era de la información, la felicidad como la tierra prometida algo tendrán que ver con esto. También la promesa incumplida a los padres de los “millennials”, quienes proyectaron una vida futura en comunión y terminaron engrosando las cifras de divorciados. Esto ha hecho que sus hijos sean mucho más cautelosos.

En Estados Unidos, el 52,7 por ciento de los matrimonios termina en divorcio, según cifras del gobierno estadounidense. En 2017, eran 110 millones las personas que estaban divorciadas, eran viudas o siempre estuvieron solteras. La generación de los llamados “baby boomers”, nacidos entre 1946 y 1964, ha contribuido notablemente a este registro.

Según el Pew Research Centre, en los últimos 10 años las cifras de personas que viven solas ha aumentado en todos los rangos etarios, destacando las personas menores de 35 años. De un 56 por ciento, pasaron a un 61 por ciento en 2017. El promedio general pasó de un 39 a un 42 por ciento.

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¿Está en crisis el amor? En tiempos en que todo pareciera estarlo, la respuesta rápida sería un sí rotundo.

El matrimonio ya no es proyecto de vida

Si cada vez más personas están optando por un proyecto de vida distinto al del matrimonio, los que sí quieren casarse lo hacen a mayor edad. Los hombres llegan a su primera matrimonio con un promedio de edad de 29,5 años, mientras las mujeres lo hacen a los 27,4 años.

Las parejas están prefiriendo vivir separados y compartir solo los fines de semana, evitando así una convivencia diaria que se les hace tremendamente difícil. Así lo explica Annie Acevedo, una sicóloga experta en relaciones, crianza y aprendizaje.

Acevedo asegura que el principal problema es la incapacidad de mantener una relación por falta de tolerancia “Hoy las parejas son para algunas cosas, como viajar y salir, pero no para la cotidianidad. Ahí hay un gran cambio”, asegura.

¿Es más saludable estar soltero?

En 1858 el medico británico William Farr calificó al matrimonio como un estado saludable. Pero hoy en día, la institución del matrimonio está puesta en tela de juicio.

En Alemania, los investigadores Eva Luciano y Ulrich Orth estudiaron a más de 9.000 adultos durante 2017. En su estudio, llamado “Relaciones Románticas y Desarrollo de la Autoestima”, muestran que las relaciones que fracasaron en el corto tiempo perjudicaron la autoestima de estas personas en comparación a quienes se mantuvieron solteros. Además, los solteros demostraron mantener hábitos más saludables que los comprometidos.

Pero también aseguran que comenzar una relación puede ayudar a mejorar la autoestima, siempre y cuando esta relación sea estable, funcional y duradera. No para siempre, pero sí de al menos un año.

“Siento que últimamente las parejas están volviendo a pensar en el matrimonio. Esto es algo muy reciente. En los últimos 5 años los jóvenes se están lanzando a tener familia, pero claro, más pequeña, y a casarse por lo tradicional. Cosa que sorprende”, dice Annie Acevedo.

ENTREVISTA

Annie Acevedo
Sicóloga, experta en relaciones, crianza y aprendizaje

P: En tiempos en donde las relaciones amorosas están sufriendo cambios, influenciados por la tecnología y la inmediatez, ¿cuáles cree usted que son los principales problemas que aquejan a las personas solteras y emparejadas?
– Los problemas que más veo que afectan a las personas solteras y emparejadas es la incapacidad de mantenerse en una relación por la falta de tolerancia. Se tolera poco, las personas de hoy en día quieren que todo les salga fácil, rápido y divertido. A lo que haya que invertirle mucho tiempo, dedicación y esfuerzo lo dejan de lado. Y una buena relación hay que trabajarla. No es algo que se dé fácil. Después del enamoramiento, uno se va dando cuenta de que es una decisión que uno toma, y que toca trabajar para construir el vínculo afectivo a su máxima potencia. Eso no están dispuestos a hacerlo los jóvenes, y las personas hoy en día creen que como dije antes, todo debe ser rápido y fácil, cosa que no es así.

P: Pareciera que antes, el camino de una relación estaba mucho más definido: emparejarse, casarse, formar familia. ¿Ha cambiado la concepción de las personas de lo que es una relación?
– Creo que la concepción de las personas de lo que es una relación está cambiando bastante. Las parejas dudan mucho en casarse, generalmente viven juntos y muchos tienen una relación donde cada uno vive por aparte, pero se ven los fines de semana para compartir. Ya no hay esa convivencia diaria, que es muy difícil para muchos, y que ha sido muy difícil para muchos. Ya no hay parejas en la cotidianidad, y los que quieren casarse lo hacen cada vez más tarde. Entonces sí, ha cambiado.

P: Da la impresión de que las prioridades de esta generación, en cuanto a relaciones se refiere, son casi diametralmente opuestas a las de la generación de los padres. ¿Cuánto influye la imagen de los padres, que en muchos casos han fracasado en sus relaciones, para configurar la forma de relacionarse de los jóvenes hoy?
– La imagen de los padres siempre va a tener un efecto. En este caso, ellos vieron muchos divorcios, muchos conflictos y muchas peleas, y eso les hace mucho más cautelosos, no se comprometen tan fácilmente, lo dudan, buscan algo seguro como solo vivir juntos y creen que así pueden tomar una mejor decisión.

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