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Frances McDormand: La actriz que conquistó a Hollywood negándose a ser bellísima

La probable ganadora del Óscar a Mejor Actriz tuvo que luchar mucho contra los estándares de Hollywood.

 

«Era demasiado vieja, demasiado joven, demasiado gorda, demasiado flaca, demasiado alta, demasiado baja, demasiado rubia, demasiado morena — pero llegado algún punto van a necesitar a la otra«,  dijo alguna vez Frances McDormand a la periodista Jordan Kisner. «Así que me hice muy buena interpretándola», afirmó la actriz, que ha hecho una carrera con extraordinarios personajes secundarios en Hollywood, hasta ahora.

Quien quizás sea la probable ganadora al Óscar como Mejor Actriz este año por ‘Tres anuncios a las afueras’, siempre ha desafiado los estándares de belleza. Su talento ha valido más: en 1997 ganó el Óscar por Fargo, con 40 años. Pero su carrera no había tenido otro éxito de la misma magnitud hasta ahora.

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Lo que más ha frenado a la actriz ha sido eso: no encajar en los estándares de actriz bellísima, tal y como se ve en un perfil que le hicieron en  «The New York Times Magazine». Ahí admite que odia verse a sí misma, que odia que le hagan fotos y evita mirar a las cámaras cuando graba. Todo eso son manías creadas por directores de casting que durante años le dijeron cómo debía lucir. Eso la marcó. 

Rebelándose contra los estándares

Por eso hizo todo ella misma. Se enfocó en la producción de series, como la famosa «Olive Kitteridge», que se transmitió en HBO y ganó un Emmy y un SAG en 2015. Siempre ha criticado los estándares de edad de Hollywood. En el mismo perfil de The New York Times criticaba eso: «Nadie quiere hacerse mayor. La madurez no es un objetivo. No se percibe como un regalo. Algo ha pasado culturalmente: se supone que nadie debe envejecer a partir de los 45 –ya sea en tu talla, en la cosmética o en la actitud–. Todo el mundo se viste como un adolescente. Todo el mundo se tiñe el pelo. Todos parecen obsesionados con un rostro sin arrugas», criticó en 2014.

Esto lo complementa afirmando que las cirugías en su medio solo son un «riesgo laboral»: «Lo digo en un sentido más cultural. Estoy muy interesada en empezar una conversación sobre envejecer con dignidad. Creo que el edadismo es un enfermedad cultural, no personal», insistió ese mismo año.

Asimismo, ella no se ha hecho ninguna cirugía plástica y lo habla mucho con su marido, el famoso director Joel Coen.  Tampoco se maquilla para los eventos. A su vez, le enfurece ver lo que se hacen sus amigos para seguir teniendo papeles. Ella habla con mucho orgullo sobre las mujeres maduras: «»Eres alguien que, a pesar de su pelo blanco, posee un historial de información válida».

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